Esta mañana, el Instituto Nacional de Estadística confirmaba el dato del IPC de diciembre: 2014 cierra con una tasa anual del -1,0% y una variación mensual del -0,6% en diciembre. Los precios han encadenado descensos significativos en los últimos seis meses del año, contribuyendo a que el riesgo de deflación y estancamiento del consumo siente las bases para el futuro económico de España. Los grupos que mayor influencia han tenido en esta bajada anual de los precios han sido Transporte, debido al descenso del precio de los carburantes; Alimentos y bebidas no alcohólicas, destacando la estabilidad de los precios de legumbres y hortalizas frescas, y Vivienda.
Tras un semestre en negativo, los precios no remontan y el consumo corre el riesgo de paralizarse, situación que puede traer consigo negativos efectos en la maltrecha economía española. Por eso, se hace cada vez más necesaria una reactivación económica que pasa, necesariamente, por la creación de empleo de calidad y el crecimiento de los salarios, ámbitos que requieren de un comportamiento más activo del consumo para activar la producción.
Desde USO consideramos que este comportamiento negativo de los precios durante 2014 no está teniendo repercusión en la economía real, porque aunque las familias afrontan de manera más desahogada el pago de bienes y servicios, ésta es una situación que se traduce en algunas parcelas de consumo y responde a una situación temporal que, en un período de tiempo indeterminado, volverá a la normalidad.
Si los cerca de 6 millones de desempleados españoles no encuentran empleo y la población empleada no ve crecer sus salarios, cuando los precios vayan recuperando progresivamente tasas positivas, las familias volverán a tener problemas para afrontar el pago de sus gastos y sus decisiones de compra. El Gobierno debe apostar por la economía real y por el empleo para dejar de cargar sobre la ciudadanía todo el peso de la recuperación económica.
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