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En el Consejo de Ministros del pasado 20 de diciembre, se aprobó el RDL 16/2013, de medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores. De nuevo, el título del decreto contradice totalmente el contenido del mismo, ya que algunas de las medidas aprobadas van orientadas a la desregulación del contrato a tiempo parcial, que se convierte en contrato de libre disposición, además de posibilitar a las ETTs que puedan llevar a cabo contratos en prácticas.

A través de este decreto se pretende “flexibilizar” el contrato a tiempo parcial, mediante la posibilidad de realizar contrataciones a tiempo parcial con el contrato de apoyo a los emprendedores, el famoso e infrautilizado contrato de un año de prueba creado en la última Reforma Laboral, que contradice la Carta Social Europea y cuyo periodo de prueba ya ha sido declarado ilegal en noviembre de 2013 a través de una sentencia del TSJ de Barcelona.

Otra de las medidas que se aprueban es la supresión de la realización de horas extraordinarias en tiempos parciales, aprobado en la Reforma Laboral de 2012, volviendo solo a la posibilidad de realizar horas complementarias. Esta medida, que en un principio podría resultar positiva, en la práctica es simplemente un cambio de denominación, ya que se añade la posibilidad de hacer horas complementarias voluntarias más allá de las pactadas, se amplia el porcentaje de horas complementarias por ley, que pasa de un 15 a un 30%, a partir de este momento el régimen legal de horas no va a ser materia dispositiva en la negociación colectiva y se suprime la obligación legal de incluir la distribución del tiempo en el contrato.

Dentro del apartado de la conciliación de la vida laboral y familiar, se produce una noticia positiva: en la reducción de jornada por cuidado de un menor, se amplia de 8 a 12 años el periodo de edad del mismo.

De nuevo, se instaura por ley la tendencia de aprovechar la crisis económica para precarizar las condiciones laborales y rebajar la calidad en el empleo. Desde la USO creemos que estas medidas van a conseguir justo lo contrario que preconizan en el preámbulo de la norma; favorecer la inestabilidad en el empleo y empeorar las condiciones de vida de los trabajadores.