La alta temporalidad y precarización del empleo en España, que demuestra la debilidad del mercado laboral, ha situado la tasa de paro en el 21%, según los datos recogidos en la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2016.
Durante los tres primeros meses de 2016 el número de ocupados ha descendido en 64.600 personas y ha aumentado en 11.900 personas el número de parados. El número total de parados se sitúa en 4.791.400 personas, de los cuales el 47% son parados de larga duración. Ha aumentado en 54.300 el número de hogares que tienen a todos sus miembros en el paro, hasta alcanzar la preocupante cifra de 1,6 millones de hogares. Si a esto le sumamos el constante descenso de la cobertura por desempleo, a la que asistimos mes a mes, la situación económica de muchas familias en España sigue siendo crítica.
“La parálisis política y económica en la que se encuentra sumida España está teniendo su reflejo claro en el empleo, con la constante destrucción de puestos de trabajo estables y su sustitución por otros temporales y a tiempo parcial, con bajos salarios, que no dan estabilidad a la clase trabajadora”, apunta Joaquín Pérez, secretario de Comunicación y Formación de la Unión Sindical Obrera (USO).
A pesar de la aparente reducción del número de asalariados con contrato temporal en este trimestre –que ha descendido en 106.000 personas-, la tasa de temporalidad continúa en niveles muy elevados (este trimestre, la tasa de temporalidad baja levemente, hasta el 25,04%), lo que en términos anuales se traduce en un incremento de este tipo de contratación (343.600 personas) que casi dobla al empleo indefinido creado.
La brecha de género continúa muy presente en el mercado laboral. El desempleo sigue castigando más duramente a las mujeres (48.600 ocupadas menos en este trimestre), que siguen siendo el colectivo que más sufre la temporalidad y parcialidad del empleo. La tasa de paro masculina ha bajado hasta el 19,45%, mientras que la femenina ha aumentado hasta el 22,78%.
La creación de empleo sigue ligada, principalmente, al sector servicios, en el que la proliferación de contratos temporales y a tiempo parcial es su seña de identidad. “Mientras que no se apueste por un profundo cambio en el modelo de servicios de las últimas décadas, basado en la erradicación de la temporalidad laboral injustificada, la mejora de la productividad ligada a la calidad y estabilidad en el empleo y la formación continua en innovación, así como en una apuesta firme por la industria y la I+D+i, se seguirán creando empleos inestables”, defiende Pérez.
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