El Índice de Precios de Consumo acumula cuatro meses en negativo, situándose en el -1,1. La inflación subyacente y la variación mensual del IPC alcanzan el 0,7%, consecuencia del alza de los precios de vestido y calzado, y en el de transporte, por la subida del precio de carburantes.
Desde USO consideramos que a pesar de registrarse tasas negativas desde hace cuatro meses, éstas no dan respiro a la ciudadanía ni a la economía familiar que es la que reactiva el consumo. La alimentación subió en abril tres décimas hasta el 2%. La ropa y el calzado lo hizo en un 11,7% y un 8,2%, respectivamente. Los carburantes subieron un 2%.
“Estas subidas constantes en productos básicos dejan con escaso efecto la mermada variación salarial pactada en los primeros cuatro meses de 2016, del 0,72% en los convenios de empresa y del 1,13% en los de ámbito superior. La economía necesita una recuperación real de los salarios, especialmente castigados durante la crisis”, defiende Joaquín Pérez, secretario de Comunicación y Formación de la Unión Sindical Obrera.
Para los trabajadores y trabajadoras se evidencia el fracaso del AENC firmado por las patronales y los sindicatos UGT y CCOO y se manifiesta, mes a mes, la cara más perniciosa de la Reforma Laboral. Si a esta situación de parálisis y precariedad salarial se suman los más de dos millones de desempleados que no reciben prestación alguna, las tasas negativas de los precios quedan casi sin efecto para la economía. Un plan de empleo de calidad y la revalorización del poder adquisitivo de trabajadores y pensionistas se hace cada vez más necesario.
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