El pasado mes de julio, el Gobierno volvió a hacer uso del Fondo de Reserva de las pensiones. Ejecutó la mayor retirada hasta la fecha, que ascendió a 8700 millones de euros, por lo que al fondo solo le quedan solo quedan 25.176 millones de euros. La alarma está asegurada, la pregunta más escuchada es “Y cuando se acabe el dinero del Fondo de Reserva ¿Podrá el Gobierno seguir pagando las pensiones?”. Durante toda la legislatura la posición del gobierno ha sido muy cómoda, tirar de excedentes de los tiempos de bonanza, a la vez que aprobaba un reforma de las pensiones basada únicamente en pensiones más bajas y con incrementos ligados a la situación económica del país y de la seguridad social, en lugar de mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, y en el retraso de la edad de jubilación.
El llamado Fondo de Reserva de las pensiones se nutre de las siguientes partidas:
- Dotaciones acordadas por el Consejo de Ministros con cargo a los excedentes presupuestarios de las Entidades Gestoras (como son el INSS y el ISM) y servicios comunes de la Seguridad Social. La evolución de estas aportaciones ha sido la siguiente:
Es decir, no se ha aportado ni un euro al fondo que provenga de esta partida en toda la X Legislatura. Es lógico puesto que si ha habido que recurrir a él para pagar las pensiones es porque el presupuesto de la Seguridad Social es deficitario, no hay excedentes para aportar.
- Dotaciones por los excedentes de la gestión de las Mutuas por la prestación de incapacidad temporal en contingencias comunes:Si ha habido aportaciones en los últimos años procedentes de esta partida. No es de extrañar que existan excedentes en la gestión de las contingencias comunes dada la política de persecución a las bajas de la que estamos siendo testigos. ¿Pretenden hacer de los recortes en la IT la salvación para el pago de las pensiones frente a las nefastas políticas de empleo y recaudación de la Seguridad Social?
Es decir, en los últimos años no se ha dotado al fondo con excedentes procedentes de las entidades gestoras y servicios comunes de la seguridad social, pero sin embargo si se han incrementado en gran medida las aportaciones procedentes de la gestión de la IT por contingencias comunes por parte de las Mutuas. El año a partir del cual en las prestaciones se produjo el punto de inflexión en el crecimiento del fondo de reserva fue el 2011.
Tras el pico de 2011 los fondos han ido disminuyendo debido al dinero del que ha ido haciendo uso el Gobierno para el pago de las obligaciones de la Seguridad Social.
El desempleo y el empleo precario son factores que condicionan los ingresos de la Seguridad Social. Peores empleos suponen bases de cotización más bajas. Pero además de no tomar medidas para afrontar la solvencia de la Seguridad Social, se han establecido reducciones en la cotización, como la Tarifa Plana, que suponen otra importante merma de ingresos para la Seguridad Social. La Tarifa Plana es una reducción de las cuotas que supone un ahorro medio para el empleador de alrededor del 75% de la cotización por contingencias comunes, que se reduce a 100 euros al mes (1.200 euros anuales). Esta medida, aplicada a un sueldo bruto anual de 20.000 euros, implica que el empleador se ahorrará 3.520 euros anuales de cotización a la Seguridad Social por cada empleo nuevo creado.
Hay que recordar que a la financiación de las coberturas por contingencias comunes contribuyen tanto los empresarios como los trabajadores con el fin de dar cobertura a las situaciones de necesidad que pudieran derivarse de:
- Incapacidad temporal por enfermedad común o accidente no laboral.
- Jubilación, incapacidad permanente, muerte y supervivencia
- Maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo y durante la lactancia natural.
En definitiva desde USO creemos que la sostenibilidad del sistema de pensiones no puede estar basado sólo en el sacrificio de los trabajadores, en el acoso a las IT o en pensiones de miseria que no pueden proporcionarnos una vida digna.
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