La nueva Ministra de Educación compareció ayer en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados exponiendo una serie de propuestas que, en vez de avanzar en un nuevo camino educativo que ilusione a la sociedad española y a toda la comunidad educativa (no solamente a los afines), lo que hacen es retraernos a los tiempos de la LOE: marginar la voluntad de las miles y miles de familias que eligen de manera voluntaria la asignatura de Religión, volver a cuestionar la legalidad de la Enseñanza Diferenciada -precisamente, pocos meses después de que el propio Tribunal Constitucional se haya pronunciado sobre este asunto- y poner cortapisas para que los conciertos educativos sigan asegurando la complementariedad de los modelos educativos, sin que los centros concertados se transformen en subsidiarios de la enseñanza pública.
Celebramos la voluntad de retirar el RD 14/2012 y las medidas que impusieron los recortes en toda la red de centros sostenidos con fondos públicos por igual. Es un momento idóneo para hablar de la homologación salarial y laboral de la escuela concertada, con especial interés en que la reducción de horas lectivas se haga ahora extensiva, también por igual, a todos los centros sostenidos con fondos públicos.
Para FEUSO, las ideas del nuevo Ministerio suponen volver a enfrentamientos que considerábamos ya superados. Pensábamos, quizás ingenuamente, que la Ministra traería aire fresco, ideas nuevas que hicieran posible el Pacto por la Educación, que reforzara las cosas que ya están funcionando y planteara medidas para combatir el fracaso escolar, nuestro principal problema educativo y social.
Confiábamos que la Ministra se preocuparía de verdad por la situación profesional de los docentes de todos los centros educativos y aportaría ilusión con medidas positivas que prestigien su trabajo. Sin embargo, se ha limitado a reutilizar viejas propuestas ideológicas muy controvertidas.
FEUSO seguirá defendiendo que ni el Gobierno ni las Comunidades Autónomas pueden convertir la Enseñanza Concertada en subsidiaria de la enseñanza pública, machacando de esta manera lo que nuestra Constitución garantiza: el libre ejercicio de las familias a la hora de elegir el centro educativo que deseen para sus hijos, sin que el Estado imponga un modelo, en este caso el público, en detrimento del otro.
Sobre la asignatura de Religión, insistimos en lo de siempre: esta asignatura la eligen de manera voluntaria y democrática miles y miles de familias. ¿Por qué no se respeta esta decisión? ¿Por qué quieren convertir esta asignatura -presente en todos los sistemas educativos europeos- en una excepción, devaluando su lugar en el currículo de los alumnos?
Y sobre la Enseñanza Diferenciada reclamamos que se respete lo que ha dictaminado el Tribunal Constitucional, que ha reconocido que la Enseñanza Diferenciada es “plenamente conforme” con el principio de igualdad consagrado en el artículo 14 de la Constitución y con las normas internacionales, entendiendo que esta opción pedagógica no segrega.
Para FEUSO, la utilización que los partidarios del modelo de escuela único y mixto hacen de la palabra “segregación” esconde un sectarismo nada respetuoso con los avances de libertad, pluralidad y tolerancia que caracterizan a las sociedades más avanzadas.
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