En el Día Internacional de la Juventud 2018, USO lamenta que año tras año haya poco que conmemorar este 12 de agosto, más allá de convertirlo en una jornada reivindicativa por los derechos y mejoras laborales de uno de los colectivos más débiles durante y, ahora, después de la crisis.
Además de los datos destacados del Informe de la Juventud elaborado este año por el Departamento de la Juventud; la Secretaría de Formación Sindical e Igualdad; y el Gabinete de Estudios de USO, hay otros datos que nos reafirman en nuestro lema, y son los referentes a la emancipación de nuestros jóvenes.
De entre los menores de 30 años en España, solo el 19,4% están emancipados. Su mayor reto es afrontar el coste de la vivienda, ya que dedican el 61% del salario a pagar una hipoteca y, en el caso de que hayan decidido vivir de alquiler, ese porcentaje escala hasta el 69%. Con este panorama, en el que poco les queda para vivir, los “afortunados” que tienen un empleo bien remunerado que les permita vivir solos son el 4% de esa población menor de 30 años. Si nos vamos a los jóvenes hasta 35 años, únicamente tres de cada diez, un 29%, tienen autonomía económica de sus padres o tutores, cuenten o no cuenten con un puesto de trabajo.
Es la cara de la precariedad presente, la que no permite vivir, ahorrar, desarrollarse ni cotizar. Es la cara de la pobreza futura.
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