Hasta el 29 de septiembre se celebra la Semana Internacional de las Personas Sordas, reivindicando su diversidad, su identidad lingüística y cultura propia, y la lucha a través de la que se han ido conquistando derechos. Derechos como la utilización de la lengua de signos española y catalana, que durante años les fue denegada y que, recordemos, son lenguas legales, o su derecho a la educación, al acceso a la cultura, a la sanidad, al empleo y a la igualdad de oportunidades en todos los aspectos de la vida.
La tasa de actividad de las personas con deficiencias auditivas es la mayor dentro de las personas con alguna discapacidad, alcanzando el 58,1%, y es la que mayor descenso ha registrado respecto a 2016, año en que alcanzaba el 61,3%, aún lejos de la tasa de actividad de las personas sin discapacidad (77,7%) según datos de la última encuesta del INE sobre “El Empleo de las Personas con Discapacidad”. Las diferencias entre mujeres y hombres en cuanto a su tasa de actividad, empleo o paro en la población con deficiencias auditivas no se recogen en la encuesta.
Para las personas sordas acceder a un empleo digno supone un doble esfuerzo; demostrar sus capacidades y luchar contra los prejuicios y el desconocimiento de lo que supone ser sorda, puede ser agotador. Desde la USO debemos, a través de la negociación colectiva, luchar para que las personas sordas sean una fuerza de trabajo con las mismas oportunidades.
Figura más que necesaria son los y las Intérpretes de Lenguas de Signos (ILS) en centros educativos, centros oficiales, así como el fomento del estudio y aprendizaje de la Lengua de Signos para hacer posible que esa integración de las personas sordas en nuestra comunidad sea una realidad. Los ILS son, por una parte, el nexo de comunicación para las personas sordas y desempeñan un papel fundamental comunicativo, que no siempre es reconocido con la importancia que debe, ya que las condiciones de trabajo (horarios, salarios, etc.) de los y las ILS, en muchos casos, rozan la explotación laboral.
Un colectivo en el que, además, los riesgos psicosociales en el trabajo no están valorados, ya que muchas veces son contratados a través de empresas de trabajo temporal o empresas de interpretación de idiomas y no contemplan la complejidad de este tipo de interpretación.
El aprendizaje y conocimiento de la Lengua de Signos en los diferentes niveles educativos como un tercer idioma nos acercaría mucho más como sociedad a un colectivo que tenemos al lado y al que damos la espalda por no saber comunicarnos con ellos y con ellas.
Por eso, desde USO, en la Semana Internacional de las Personas Sordas, hacemos especial llamamiento a las personas sordas para que se acerquen al sindicato y juntos y juntas poder tener en cuenta sus reivindicaciones para la negociación colectiva. También seguiremos luchando por la implementación de la Lengua de Signos en centros educativos y espacios accesibles en lugares públicos para fomentar esa igualdad tan necesaria. Además, el sindicato mantiene el compromiso con los y las Intérpretes de Lengua de Signos para el reconocimiento de su labor profesional y la lucha contra la precariedad en el sector.
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