Del 14 al 16 de febrero se ha celebrado en Estambul (Turquía) la 16ª Asamblea General de la confederación sindical DISK de Turquía, organización con la que USO comparte afiliación común a la Confederación Europea de Sindicatos y a la Confederación Sindical Internacional. Previamente a la asamblea, la central turca organizó una conferencia internacional de sindicatos y un taller sobre El Mundo del Trabajo y el Movimiento Sindical en Turquía.
En los tres eventos, en los que el sindicato ha estado representado por Javier de Vicente, secretario de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible, se ha puesto de manifiesto la delicada situación en la que los sindicatos verdaderamente independientes desarrollan su labor en el país, convirtiendo su acción en una batalla permanente por la libertad sindical y los derechos laborales internacionalmente reconocidos.
Las consecuencias del autoritarismo del gobierno de Erdogan, reforzado tras el fallido golpe de estado de 2016 y el posterior plebiscito de reforma constitucional de 2017, se ha traducido en un deterioro de los derechos civiles en general y de los sindicales en particular. Así, los derechos de libertad de reunión, libertad de expresión o libertad religiosa, están siendo manifiestamente restringidos.
Por su parte, en cuanto a los derechos laborales y sindicales, los datos apuntan varias brechas: cientos de sindicalistas aún encarcelados o procesados; más de 120.000 funcionarios y trabajadores de los servicios públicos fueron despedidos sin garantías jurídicas; prohibición del derecho de huelga a los más de tres millones de funcionarios; limitaciones a los derechos de manifestación -incluida la prohibición de celebrar el Primero de Mayo-; una tasa de cobertura de la negociación colectiva de poco más del 7%; la proliferación y crecimiento de sindicatos amarillos ocupando el espacio de sindicatos independientes; el establecimiento de un “registro online” controlado por las autoridades como mecanismo legal para poder afiliarse a un sindicato, etc.
La situación de los más de cuatro millones de personas refugiadas en el país, en su mayoría de nacionalidad siria, ha sido también objeto de análisis en las sesiones sindicales. El acuerdo de la vergüenza firmado con la UE a cuenta del control de fronteras no ha incluido ni el derecho al trabajo ni el derecho de asilo de esta población. Finalmente ello provoca una economía en negro con trabajadores sin protección ni derechos.
En el congreso de DISK han participado 400 delegados con voto, numerosos invitados de partidos políticos y una delegación internacional de 45 sindicatos. En la última jornada se ha elegido una nueva junta directiva de siete miembros, en la cual se mantiene como presidenta Arzu Çerkezoglu.
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