USO se suma a la petición de la Confederación Sindical Internacional (CSI) para la creación de un Fondo Social que permita una salida de la crisis reforzando la protección social en el mundo
Joaquín Pérez, secretario general de USO, se ha dirigido a Pedro Sánchez, reclamando el apoyo del Gobierno a la creación de un Fondo Mundial para la Protección Social. Este Fondo supondría una inyección de 34.000 millones de euros que garantizaría la financiación de los 28 países más pobres del planeta durante cinco años. Además, el fondo implicaría un alivio para las economías de estos países y, al mismo tiempo, proporcionaría la protección social indispensable para afrontar la recuperación de la crisis del covid-19.
La carta dirigida a Sánchez forma parte de la petición de la Confederación Sindical Internacional (CSI), de la que USO es miembro, instando a la movilización de los países más ricos y las instituciones internacionales para reformular un nuevo contrato social sobre el que se cimente la recuperación de estos países y que no deberá contar con el obstáculo del FMI y el Banco Mundial.
En este contexto, la ONU y la OIT ya sentaron las bases en un informe elaborado en 2011 que contemplaba medidas para garantizar la seguridad básica de los ingresos y el acceso universal y asequible de los servicios sociales en ámbitos como la salud, el agua o la educación.
Protección social para los países más pobres
Inmersos en esta pandemia con consecuencias sanitarias, sociales y económicas, no debemos dejar de lado los estragos que está causando en los países más pobres. Actualmente, más de la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios de atención sanitaria básica y tan solo el 29% cuenta con plena cobertura de seguridad social.
Esta crisis mundial está suponiendo la destrucción de millones de empleos y el empobrecimiento aún mayor de países que ya previamente se encontraban en una situación económica frágil.
El impacto económico que estamos comenzando a sufrir viene a acrecentar la vulnerabilidad de muchos países empobrecidos durante años por las políticas de austeridad propiciadas por el FMI y el Banco Mundial. Las políticas de ajuste estructural y condicionalidad de austeridad sufridas por los países del sur se han evidenciado, de forma flagrante en esta pandemia, como un modelo fracasado.
En un momento en el que los países necesitan preparar planes de estímulo y de reconstrucción inclusivos, estos se encuentran lastrados por las severas cargas de la deuda, las políticas de recortes y la fuga masiva de capitales. Una fuga, que en estos momentos se sitúa como la más grande y rápida de la historia con 100.000 millones de dólares que han abandonado los países de mercados emergentes.
La necesidad, pues, de movilizar fondos para la recuperación y la protección social en el mundo se convierte en imprescindible para actuar en consonancia con la Agenda 2030; con la que el Gobierno de España, la sociedad civil y los sindicatos estamos comprometidos.
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