- Los bienes recogidos en la lista de necesidades más básicas por el coronavirus suben el 1,8%, con los alimentos no elaborados como principal grupo en subida (+3,1%)
- En la vuelta a la normalidad, destacan las subidas del transporte y los carburantes
El IPC de julio se situó en -0,6% en referencia anual y en -0,9% con respecto al mes anterior. El Instituto Nacional de Estadística recuerda, en su resumen de datos, que en julio, ya con el fin del estado de alarma y de las restricciones en el conjunto del país, volvió a calcular el IPC con los métodos habituales.
A pesar de una bajada generalizada con respecto a los precios del año pasado, “con la vuelta a la normalidad sube bastante el transporte, sobre todo por el precio de los carburantes. Pero, si estudiamos el comportamiento de otros productos básicos, incluidos en la sublista de productos esenciales durante el covid-19, también observamos que los precios siguen subiendo”, advierte Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
Así, los “bienes covid-19” registran una subida con respecto a 2019 del 1,8%, aunque es ligeramente más baja que en junio (-0,5%).
Entre esos productos que suben especialmente con respecto a 2019 “encontramos algo tan básico como los alimentos no elaborados, que incluyen frutas, legumbres y hortalizas. Ese grupo básico para toda la población está un 3,1% más caro que el año pasado en estas fechas, y ha tenido un comportamiento similar durante todo el estado de alarma”, llama la atención Estévez.
Un comportamiento de productos básicos que contrasta con el comportamiento de los salarios: “el lunes conocimos la subida salarial media pactada de enero a julio. Es más baja que en 2019 en 0,3%, pero no puede achacarse a la crisis del coronavirus. Ya en enero cerró con una subida del 1,98%, mientras que 2019 había tocado techo desde la remontada de la crisis, con una subida del 2,27%. Si seguimos hablando de IPC, eso no sirvió para recuperar los 7 puntos de pérdida salarial en lo peor de la crisis con respecto a los precios, y los salarios no pueden ser de nuevo el chivo expiatorio de la crisis: la política de contracción de sueldos fue evidentemente un alargador de la crisis anterior”, recuerda la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.
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