El Día de Europa se celebra en 2022 con la amenaza de guerra, rearme y pérdida de derechos sociales, pero la Conferencia debe guiar el futuro
El 9 de mayo se celebra el Día de Europa. Esta fecha conmemora la Declaración Schumann, en la que este expuso su idea de una nueva forma de cooperación política en Europa que haría inconcebible la guerra entre naciones europeas.
La celebración coincide con la publicación de las Conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, que incluyen recomendaciones para que la UE afiance el cambio de rumbo en sus políticas y lo materialice en la recuperación de derechos sociales.
La secretaria de Internacional y Desarrollo Sostenible de USO, Carmen Alejandra Ortiz, participó en un acto organizado por la agencia EFE y la Oficina del Parlamento Europeo en España, evento enmarcado dentro de las actividades de la Semana de Europa. El acto ha cerrado la serie de debates “Un futuro compartido”, en torno a la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE).
Durante el encuentro, se expusieron las principales propuestas y conclusiones para el futuro de Europa, recogidas en toda la UE, después de un año de debates ciudadanos. Unas conclusiones que suponen un reto muy importante en materia de calidad de empleo, salarios dignos y sostenibilidad, y ante los cuales los sindicatos esperamos que la UE esté a la altura.
El origen de la UE: la Declaración de Schuman
El 9 de mayo de 1950, Robert Schuman, ministro de Asuntos Exteriores francés, pronunció la declaración que lleva su nombre y con la que se conmemora el Día de Europa. En ella proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), cuyos miembros pondrían en común la producción del carbón y del acero. La CECA, que en sus orígenes estaba conformada por Francia, Alemania Occidental, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, se constituyó en la primera de una serie de instituciones supranacionales que se convertirían en lo que es hoy la Unión Europea.
La Declaración de Schuman tuvo lugar en el contexto de la post II Guerra Mundial, cuando los países europeos aún estaban luchando para superar sus estragos. En aquel momento, se pensó que la puesta en común de los intereses económicos contribuiría a aumentar el nivel de vida y constituiría el primer paso hacia una Europa más unida. Con esto, se perseguía cambiar el destino de estas regiones europeas que durante tanto tiempo se habían dedicado a la fabricación de armas, de las que habían sido las primeras víctimas.
De esta manera, en el origen de la conformación de la Unión Europea estaba la búsqueda de la paz, a través de la cooperación económica entre los países; ya que, “el comercio produce una interdependencia entre los países que reduce las posibilidades de conflicto”.
Las crisis que amenazan el proyecto de la UE
Uno de los aspectos claves para la conformación de la Unión Europea en los años 50 y 60 fue el crecimiento económico que tuvo lugar en aquel momento; además del despliegue del Estado de bienestar en los países que la integraron en su origen. Sin embargo, la UE ha sufrido múltiples crisis en los últimos años que han puesto en peligro la estabilidad del proyecto comunitario. El Brexit, las políticas migratorias que vulneran derechos fundamentales, las políticas de austeridad económica… todo ello ha propiciado un cuestionamiento hacia el proyecto y las instituciones europeas.
Especialmente duros para la clase trabajadora han sido los años de austeridad económica que se impuso a la población y que parecían haber llegado a su fin con la respuesta dada inicialmente ante la crisis provocada por la pandemia del covid-19.
Sin embargo, la recuperación se está viendo lastrada por la última crisis que asola la región europea: la guerra provocada por la invasión de Rusia a Ucrania. Los costes de la guerra están provocando el rearme de los países europeos, poniendo en peligro la recuperación social y económica de los trabajadores. A esto hay que añadirle la inflación creciente, que conlleva la pérdida de poder adquisitivo para las personas trabajadoras.
Para hacer frente a estas múltiples crisis, en 2019 la nueva presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, al asumir su cargo, prometió realizar una Conferencia sobre el Futuro de Europa. En 2020, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que se contenían aspectos positivos como la exigencia de que las cuestiones sociales figuren entre las prioridades de la Conferencia.
La Conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa
La celebración del Día de Europa coincide este año con la entrega a los presidentes de las instituciones de la UE de las conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa. El Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo deben velar por que estas conclusiones se respeten y se hagan realidad. Esto debe traducirse en un cambio en las políticas, en los programas de trabajo, en el presupuesto y en las iniciativas legislativas; pero también en los Tratados.
La Conferencia sobre el Futuro de Europa recomendó que los Tratados de la UE garanticen que las personas siempre se antepongan a las ganancias. Gracias a la acción coordinada de los miembros de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), entre los que se encuentra USO, los cambios en los Tratados propuestos por los ciudadanos en la Conferencia incluyen un protocolo de progreso social.
Esto supone una garantía para que los derechos sociales prevalezcan sobre las libertades económicas en caso de conflicto. El protocolo de progreso social es necesario para garantizar que nunca se repitan los notorios casos de Laval y Viking, que abrieron la puerta al dumping social en toda Europa, además de para evitar la regresión y la elusión de los derechos sociales.
Asimismo, los ciudadanos que participaron en la Conferencia han expresado la necesidad de introducir una fuerte dimensión social en la gobernanza institucional económica de la UE, evitando el retorno a las devastadoras políticas de austeridad.
Otros compromisos que deben tomarse en cuenta en el Día de Europa
Otros compromisos sociales transformadores que se han demandado en la Conferencia han sido:
- Crecimiento sostenible, mejora de las condiciones de vida y de trabajo, y progreso humano en el marco de un Contrato Social renovado.
- Implementación completa del Pilar Europeo de Derechos Sociales, incluidos salarios y condiciones de trabajo más justos, negociación colectiva más sólida, empleo seguro y equilibrio entre la vida laboral y personal.
- Revisar la gobernanza económica de la UE para garantizar que “la justicia social y el progreso social van de la mano con la competitividad económica”.
- “Garantizar una transición justa, basada en el diálogo social y empleos de calidad”, para que el paso a una economía verde y digital se haga de forma justa para los trabajadores.
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