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Casi 86.000 nuevos contratos en la enseñanza para no pagar vacaciones de verano diluyen las 82.000 bajas en hostelería y comercio, y las 10.000 de sanidad
El paro subió en casi 20.000 personas al terminar septiembre, a pesar de que la enseñanza amortiguó el golpe con 86.000 nuevas contrataciones. El problema de estas contrataciones “es que suponen un fraude, a veces de las empresas y a veces de la propia Administración. Basta de ahorrar dejando de pagar las vacaciones de verano a los profesores. No son las mesas de las aulas, que se dejan de usar durante dos meses, es personal que presta un servicio continuo, incluyendo las evaluaciones del curso anterior y la preparación del nuevo. La enseñanza reglada no es para fijos discontinuos, y así lo sentenció ya la Audiencia Nacional. Animamos a estos profes a que vengan y denuncien su situación, no son solo cifras para maquillar el empleo”, reclama Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Porque la precariedad “es endémica en nuestro empleo y la ejemplificamos con hostelería y comercio, pero hasta en los servicios esenciales se trata a los trabajadores como personas de usar y tirar. Se han destruido más de 32.000 empleos en la hostelería y más de 40.000 en el comercio al echar la persiana del verano, pero también casi 10.000 sanitarios. Está claro que hay zonas que triplican su población en verano, pero que con las listas de espera que tenemos nos permitamos que 10.000 sanitarios se inscriban en el paro es obsceno”, critica Pérez.
En este sentido, el secretario general de USO se fija en el tipo de contratación “y en septiembre ya no hay excusas para que los indefinidos a jornada completa supongan un poco más de un tercio del total de indefinidos. Si la figura del fijo discontinuo era para empleo estacional, principalmente en verano, ¿por qué siguen suponiendo un tercio de todos los contratos indefinidos? Las figuras cambian de nombre, pero el resultado sigue siendo el mismo: España tiene el paro más alto de Europa y quienes trabajan carecen de estabilidad”.
Por ello, Joaquín Pérez urge “a salir de este período de parálisis, a que los políticos no usen el Congreso como un patio de colegio y que el próximo Gobierno se ponga cuanto antes manos a la obra para construir una legislación laboral que no sea un Frankestein con trozos de legislaciones anteriores. Las prisas no son buenas y no solo lo vemos en la reforma laboral, sino en el decreto de bonificación de contratos y en el de permisos de cuidados. Han quedado unas lagunas y unas interpretaciones pendientes que están dejando a miles de trabajadores en la más absoluta inseguridad jurídica”.
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