Pobreza infantil en España: 1 de cada 5 niños vive en situación de privación material y 1 de cada 10, en privación material severa
Unicef, en su Report Card, ha comparado los datos de pobreza infantil, exclusión, contaminación, educación y salud de la infancia de los 39 países de la OCDE. El estudio, a través de su oficina de investigación (Innocenti), clasifica a los países según su mejor o peor desempeño en la protección de la infancia.
De acuerdo con los datos que revela el informe, España se encuentra en el lugar 36 de 39; es decir, España se encuentra entre los países que ha tenido un peor desempeño. España presenta un vergonzoso 28 % de pobreza infantil.
Dentro de este ranking, también se clasifica a los países respecto al progreso en la reducción de la pobreza infantil. En este apartado, España tampoco sale bien parada, figurando en el lugar 22. En los últimos años, ha conseguido reducir la pobreza en un 4 %, frente a una media del conjunto de los países del 8 %.
Sin mejoras en la privación material severa de la infancia
La pobreza infantil en España se mantiene constante y con una tasa de privación material severa de niños, niñas y adolescentes del 10,3 % en 2022. Esto significa que:
- no han podido ir de vacaciones;
- no pueden comer carne o pollo al menos cada dos días;
- viven en una vivienda donde no se puede mantener una temperatura adecuada;
- en sus hogares no pueden sustituir muebles viejos o estropeados;
- no pueden participar regularmente en actividades de ocio;
- o no tienen conexión a internet, entre otras categorías que se utilizan para determinar la privación material severa.
En la Unión Europea, la tasa media se mantiene en un 7,5 %. Los únicos países que la superan, y en nuestro caso por mucho, son España y Suecia. Los países con mejor desempeño en este indicador se encuentran por debajo del 2 % de pobreza material severa.
Vivienda pobre, infancia pobre
Respecto a la vivienda, el 21,3% de los menores en España vive con problemas en su vivienda (humedades, goteras, ventanas en mal estado). Sumado a ello, la privación material infantil en España es del 19,7 %, lo que significa que, aproximadamente, uno de cada cinco niños no puede permitirse a nivel individual o en el hogar al menos de los tres productos siguientes: ropa nueva; dos pares de zapatos; frutas y verduras diarias; carne, pollo o pescado a diario; libros adecuados; equipo de ocio al aire libre; juegos de interior; actividades de ocio; celebraciones; invitar a amigos; viajes escolares; vacaciones; sustitución de muebles desgastados; atrasos; internet; hogar adecuadamente caldeado o coche.
Este informe también visibiliza que la tasa de pobreza infantil en el caso de familias inmigrantes aumenta. En toda Europa, ser descendiente de una persona extranjera multiplica por 2,4 % la posibilidad de estar en situación de pobreza, situación que se dispara al 70 % cuando ambas personas progenitoras son extranjeras. Otro dato significativo es que el pertenecer a un hogar con un solo adulto, en su mayoría mujeres, triplica las posibilidades de estar en riesgo de pobreza.
Con trabajo, pero pobres
Otro informe recién publicado que alerta sobre los efectos de la pobreza, especialmente en la infancia, es el de Save the Children. La organización centrada en la protección de los niños alerta de que más de la mitad de 1.000 hogares en pobreza encuestados cuentan con al menos un miembro adulto empleado. Es decir, el trabajo no es suficiente para salir de la pobreza.
El riesgo, al igual que reseña Unicef, aumenta en los hogares compuestos por uno o dos menores y un solo adulto. Normalmente, son, además, mujeres y sin trabajo.
Aunque los factores que agudizan la pobreza de los hogares se mantienen estables, Save the Children alerta de que ningún tipo de hogar con niños escapa de la pobreza. Así, hay familias con dos niños y dos adultos donde al menos uno de estos trabaja y son pobres. Se debe, sobre todo, a la temporalidad o a los contratos parciales. Pero tampoco los estudios superiores garantizan una vida digna. Porque, si bien la mayor parte de estos hogares los componen adultos sin estudios superiores, en 1 de cada 10 hay un titulado universitario que, sin embargo, habita un hogar pobre.
Esto deriva, como ya denuncia Unicef, que la mitad de los menores no comen las proteínas suficientes, ya que el 65 % de las familias ha tenido que reducir el consumo de carne, pescado o verduras por el alza de los precios. Y 1 de cada 6 familias ha aumentado la frecuencia en la que sus hijos comen en casa de familiares o amigos para mejorar su alimentación. Con unos ingresos medios de 1.000 euros, un gasto de unos 440 en hipoteca o alquiler y unos 420 en alimentación, no extraña que se priven de otras necesidades también básicas. Por ejemplo, de calentar la casa. No se pueden permitir poner la calefacción o solo lo hacen en días de frío extremo. Así, denuncian, hay niños que viven con el abrigo puesto en casa.
Recomendaciones para paliar la pobreza infantil
El informe de Unicef incide en aportar recomendaciones a España:
- Expandir las políticas de protección social a la infancia, especialmente en cuanto a cobertura e importe. De hecho, Save the Children también denuncia esta situación: según su informe, el 46 % de las familias estudiadas ha solicitado el IMV, pero solo el 21 % lo perciben. Y, en total, 1 de cada 3 familias que podría optar a él no está accediendo, generalmente por la dificultad en la burocracia.
- Mejorar el acceso a servicios esenciales para todos los menores; por ejemplo, implementando la garantía infantil europea en los países de la UE.
- Asegurar el acceso a un trabajo decente y mejorar las políticas amigables con las familias, incluyendo permisos y conciliación.
- Actuar para reducir la inequidad, con políticas focalizadas en grupos minoritarios y vulnerables.
- Generar alianzas y apoyos para la reducción de la pobreza.
- Mejorar los datos.
- Involucrar a la infancia en el debate sobre la pobreza.
Los niveles de pobreza infantil en España son inaceptables. Es imprescindible pasar de los discursos a acciones contundentes. Desde USO, exigimos que se formulen las políticas públicas para combatir la pobreza infantil con un enfoque integral.
Para reconocer las condiciones estructurales que ocasionan estas situaciones de vulnerabilidad, es imprescindible generar estrategias que permitan una transformación integral y que se adapten a la realidad de la población. En ese sentido, esperamos que el Ministerio de Juventud e Infancia sea clave en esta tarea y que su gestión sea acorde a las necesidades en materia de derechos de la infancia y juventud. Los resultados son urgentes, con estrategias medibles, cuantificables, integrales y comprometidas con la protección de los colectivos de población en situación de mayor vulnerabilidad.
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