Los datos confirman el techo de cristal: cuanta más responsabilidad, menos mujeres en los cargos. Las CEO en España no llegan al 3 %

En España, solo un 2,9 % de las directoras generales (conocidas popularmente como CEO, por sus siglas en inglés) son mujeres. Si bien es cierto que la presencia en puestos de responsabilidad empresarial de las mujeres ha aumentado por las obligaciones legales impuestas a las empresas, podemos apreciar que la presencia femenina disminuye en cuanto la responsabilidad avanza.

En ese sentido, el IBEX 35 ha recogido que el 44,6 % de los puestos no ejecutivos son ocupados por mujeres, mientras que en los puestos ejecutivos solo suponen un 19,1 %.

España, cerca del 40 % de mujeres en los consejos de administración

De acuerdo con datos del Instituto Europeo de la Igualdad de Género, España ha llegado al 39,40 % de presencia de mujeres en sus consejos de administración, lo cual nos sitúa 5,6 puntos porcentuales por encima de la media de la Unión Europea, donde representan el 33,80 %. En este sentido, España ocupa el 5º lugar en esta materia, solamente superada por Francia, Italia, Dinamarca y Países Bajos. Esto supone que España se encuentra cerca de alcanzar el parámetro de la directiva europea, que exige que las empresas cotizadas de los países miembros tengan, al menos, un 40 % de representación femenina en sus consejos de administración.

Pero, si analizamos, por ejemplo, los datos de las Cámaras de Comercio en España, encontramos que solo el 8,6 % están presididas por mujeres. Es decir, solamente 7 de las 81 cámaras cuentan con una presidenta. La representación femenina en las Cámaras avanza un poco más cuando nos centramos en las secretarías generales, de las que 30 son ocupadas por mujeres, frente a 51 cuya titularidad está a cargo de hombres.

Por su parte la CEOE, máximo órgano de representación empresarial en España, nunca ha sido presidido por una mujer y su Comité Ejecutivo, actualmente, está compuesto por un 80,6 % de hombres frente a un 19,4 % de mujeres.

El techo de cristal no lo rompe la normativa

Los datos nos reflejan que, si bien hemos logrado avanzar en la materialización de las políticas de igualdad, fomentando la inclusión de las mujeres en los puestos de dirección, el techo de cristal y el acaparamiento masculino de la toma de decisiones y puestos de responsabilidad siguen siendo una constante. “Es momento de pensar si de verdad estamos avanzando en la construcción de una mentalidad igualitaria, o solo estamos cumpliendo con la normativa”, reflexiona Lourdes Pedrazuela, secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO.

Estos datos nos dejan con un sabor agridulce. Por un lado, las mujeres van ganando terreno, pero no lo están haciendo de manera plena. Porque, mientras más responsabilidades implica un puesto, es mucho más difícil para las mujeres acceder a él. “No se trata de cumplir con normativas e incorporar a mujeres por el riesgo de recibir una sanción o por el prestigio e impacto social que tiene ser reconocida como empresa o institución comprometida con la igualdad. De lo que se trata es de una transformación estructural. Las mujeres deben tener garantizado acceder a puestos de dirección reales”, pide Pedrazuela.

Trabajar en igualdad supone no caer en espejismos ni en simulación. La normativa y las políticas de igualdad buscan una transformación integral, no llenar cupos. Es decir, que se modifiquen los mandatos sociales, culturales y económicos, entre otros. Que permitan sentar las bases de una sociedad igualitaria y con justicia social.