En verano, y a falta de comedores escolares, aumenta la vulnerabilidad de los niños, niñas y adolescentes, pese a ser la mejor etapa del año para ellos

El verano, con el cierre de la mayor parte de comedores escolares, hace que aumente la vulnerabilidad de los niños. Porque este cierre de las instalaciones escolares significa que comen peor, soportan temperaturas agobiantes, se aburren y, en ocasiones, están expuestos a situaciones de violencia dadas las notables desigualdades que padece España.

Como hemos comentado reiteradamente, España lidera las cifras de pobreza infantil. Podemos ver cómo Educo, en su informe “Los derechos de la infancia no se van de vacaciones, infancia en riesgo y alimentación saludable en verano (2024)”, hace patente que las carencias en alimentación y la falta de actividades de ocio en verano repercuten de forma negativa en el bienestar de la infancia.

Sin comedores escolares, peligra la alimentación equilibrada en verano

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en España una dieta saludable cuesta 6 veces más que una dieta suficiente.

Durante el verano, en muchos casos, la alimentación saludable de los menores se suspende. Educo lo llama “el olvido vacacional”. De acuerdo con sus fuentes de información, solo el 14,3 % de las escuelas afirma que la continuidad de la alimentación del alumnado está asegurada durante el verano, frente a un 85,7 %  de los centros que declara que no existe tal continuidad, que es muy insuficiente o que no tienen información.

Otro desafío presente en el verano para los menores lo constituye la temperatura en los hogares. El 19,90 % de personas de menos de 18 años vive en hogares que no pueden mantener una temperatura adecuada. Destacan las familias monomarentales, encabezadas por una mujer, entre las que asciende al 32,3 %.

Muchos menores siguen en sus hogares habituales

Otro factor más es la falta de actividades de ocio y de tiempo libre. El 33,1 % de los hogares españoles no pudo permitirse salir de vacaciones al menos una semana al año, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida de 2023. Por ello, en los hogares más vulnerables, el entretenimiento, el ocio y el tiempo libre se gestionarán en los entornos habituales, con el auxilio de recursos tecnológicos.

Sin embargo, en verano, los episodios de violencia de género se disparan. Esto es debido a la estrecha convivencia, mayor tiempo libre y dinámicas de control de las personas agresoras sobre las mujeres y sus hijos e hijas. Por ello, añadimos este factor a la lista de desafíos del verano.

Ante el contexto de vulnerabilidad que enfrenta la infancia en España, y reconociendo el indignante puesto que ocupa en el ranking de pobreza infantil, ha surgido el Plan de Acción Estatal para la Implementación la Garantía Infantil Europea-GIE (2022-2030). Este plan tiene como objetivo dar cumplimiento a la recomendación del Consejo de la Unión Europea, aprobada el 14 de junio de 2021.

Se deben cumplir los seis derechos básicos

Este plan busca garantizar el acceso de todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social a seis derechos básicos: Educación y cuidado infantil, Educación y actividades extraescolares, asistencia sanitaria,  vivienda adecuada, alimentación saludable y al menos, una comida saludable por día lectivo.

Se ha trazado una estrategia de trabajo contra la pobreza infantil, constituido por medidas que permiten identificar las áreas prioritarias de actuación. Sin embargo, desde USO exigimos que, en las políticas públicas, las acciones impulsadas por el Gobierno y el posible Pacto de Estado para erradicar la violencia infantil se incluyan de forma prioritaria las medidas siguientes:

  • Garantizar la alimentación saludable y suficiente en todos los espacios.
  • Establecer medidas urgentes para garantizar que los hogares en situación de vulnerabilidad puedan acceder a tarifas energéticas equitativas.
  • Garantizar la salud integral y universal de todos los menores.
  • Transformar el enfoque de atención a los derechos de la infancia.

Además, es necesario velar por que las ayudas lleguen a todos sus potenciales beneficiarios. De nada sirve publicar medidas y ayudas si, después, una gran barrera burocrática, potenciada por la brecha digital, impide el acceso de los más vulnerables a esas prestaciones.

El mercado laboral no ayuda

En USO sabemos que, para superar la pobreza infantil, es necesario atacar las condiciones de desigualdad estructural que aquejan a todas las familias en España. Además, esta pobreza infantil es solo un síntoma más de las condiciones que el mercado laboral ha propiciado para todas las personas en nuestro país. Por lo que un plan aislado no traerá resultados satisfactorios y se deben plantear medidas integrales para que las familias puedan vivir en condiciones dignas.

A esas medidas, hay que añadir políticas públicas integrales que protejan a las personas en mayor situación de vulnerabilidad, permitiendo a todos a acceder a un nivel de vida adecuado garantizando el interés superior de la infancia. Los desafíos que impone el verano a esos menores no podrán superarse mientras no contemos con políticas públicas dotadas de presupuesto y mecanismos de control. E, igualmente, una regulación que nos ayude a consolidar los derechos laborales de las personas trabajadoras.