Las enfermedades profesionales neurológicas son trastornos que afectan al sistema nervioso debido a la exposición a factores de riesgo en el lugar de trabajo

En el Día Mundial del Cerebro, nos fijamos en las enfermedades profesionales neurológicas. Estas afecciones pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los trabajadores y en su capacidad para realizar sus tareas laborales.

¿Cuáles son las principales enfermedades profesionales neurológicas?

Podemos agrupar las enfermedades profesionales neurológicas en 4 tipos:

  1. Neuropatías:
    1. Neuropatía periférica: es un daño a los nervios periféricos, a menudo causado por la exposición a sustancias tóxicas, como el plomo, mercurio o solventes industriales.
    2. Síndrome del túnel carpiano: se da por la compresión del nervio mediano en la muñeca. Es común a trabajos que implican movimientos repetitivos de la mano y la muñeca, como la informática o la manufactura.
  2. Enfermedades neurodegenerativas:
    1. Enfermedad de Parkinson: la exposición prolongada a pesticidas y otros químicos puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
    2. Enfermedad de Alzheimer: se ha investigado la posible relación entre la exposición a ciertos productos químicos y un mayor riesgo de Alzheimer, aunque la evidencia aún no es concluyente.
  3. Trastornos del sueño:
    1. Insomnio: los trabajos con horarios irregulares o nocturnos pueden alterar los ritmos circadianos y causar problemas de sueño.
    2. Trastornos del sueño por turnos: afectan a trabajadores en turnos rotativos o nocturnos, provocando somnolencia excesiva y fatiga.
  4. Encefalopatías:
    1. Encefalopatía tóxica: daño cerebral causado por la exposición a sustancias tóxicas en el trabajo, como metales pesados y solventes.

¿Cómo se pueden prevenir las enfermedades profesionales neurológicas?

Las enfermedades profesionales de tipo neurológico pueden prevenirse como cualquier riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores que tenga su origen en el trabajo; es decir, a través de la adecuada gestión de la prevención en los centros de trabajo se identifican los agentes causantes y se eliminan o controlan para minimizar sus consecuencias. Para ello, podemos contar con las siguientes herramientas preventivas:

  1. Evaluación de riesgos:
    1. Identificar y evaluar los riesgos neurológicos en el entorno laboral.
    2. Implementar medidas para minimizar la exposición a sustancias neurotóxicas.
  2. Formación y educación:
    1. Capacitar a los trabajadores sobre los riesgos neurológicos y cómo prevenirlos.
    2. Promover prácticas de trabajo seguras y saludables.
  3. Equipos de Protección Individual (EPI):
    1. Proveer equipos de protección adecuados para reducir la exposición a sustancias peligrosas.
    2. Asegurar el uso correcto de los EPI por parte de los trabajadores.
  4. Diseño ergonómico:
    1. Implementar estaciones de trabajo ergonómicas para prevenir lesiones, como el síndrome del túnel carpiano.
    2. Promover pausas regulares y ejercicios de estiramiento.
  5. Vigilancia de la salud:
    1. Realizar controles médicos periódicos para detectar precozmente síntomas de enfermedades neurológicas.
    2. Implementar programas de promoción de la salud y bienestar en el lugar de trabajo.

Legislación y normativas en España

En España, las enfermedades profesionales están reguladas por el Instituto Nacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) y la legislación vigente en materia de prevención de riesgos laborales. La normativa principal incluye la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales y el Real Decreto 1299/2006, que establece el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social.

La identificación y prevención de enfermedades profesionales neurológicas es esencial para garantizar la salud y seguridad de los trabajadores. La colaboración entre empleadores, trabajadores y autoridades de salud es fundamental para crear un entorno laboral seguro y saludable.

Desde USO, queremos contribuir a la difusión de información acerca de las enfermedades profesionales que, en muchas ocasiones, no gozan del mismo reconocimiento y tratamiento que los accidentes laborales. Y ambas son la consecuencia última y visible de la exposición de las personas trabajadoras a riesgos laborales que no has sido identificados ni controlados. Por ello, exigimos que se tengan en cuenta todos y cada uno de los factores de riesgo presentes en los centros de trabajo para eliminarlos o controlarlos, haciendo de los centros de trabajo lugares más saludables y seguros para todas la personas trabajadoras.

USO recuerda a todas las personas trabajadoras que un trabajo seguro es una realidad que solo vamos a conseguir con el esfuerzo y colaboración de todos. Las personas trabajadoras tienen el derecho y la obligación de reclamar condiciones de trabajo seguras, ya sea a nivel individual, o a través de los delegados y delegadas de prevención que las representen.