Según el informe del Banco Mundial “La mujer, la empresa y el derecho, 2024”, las mujeres únicamente disfrutan de dos tercios de los derechos que tienen los hombres
Las mujeres cuentan solo con dos tercios de los derechos que tienen los hombres. De hecho, los 3.900 millones de mujeres en el mundo enfrentan obstáculos legales que afectan a su participación económica. Además, menos de la mitad de mujeres está inserta en el mercado laboral. Así lo ha revelado el informe “La mujer, la empresa y el derecho, 2024”, del Banco Mundial.
En él, se analizan las medidas llevadas a cabo por 190 países en materia de igualdad de oportunidades. Además, se revela que, pese a los esfuerzos emprendidos para lograr la igualdad entre mujeres y hombres, siguen existiendo grandes barreras para que ellas ejerzan sus derechos plenamente.
En ese sentido, el estudio afirma que únicamente tienen dos tercios de los derechos de los que disfrutan los hombres. También sostiene que en ningún lugar del mundo las mujeres tienen los mismos derechos legales que ellos. La puntuación promedio de la evaluación de los marcos legales se encuentra en un 64,2 sobre 100; es decir, la brecha de género en este aspecto es bastante significativa e indignante.
Flagrantes indicadores de la desigualdad existente
En materia de seguridad, el informe revela que, a nivel mundial, más del 90 % de los países carece de una normativa exhaustiva en materia de violencia contra las mujeres. De hecho, la media de este indicador se sitúa en 36,3 puntos a nivel mundial. En términos generales, el 55 % de los países cuenta con normativa integral en materia de violencia doméstica. Además, el 27 % cuenta con ley de matrimonio infantil. Sin embargo, solo el 43 % ha desarrollado mecanismos integrales para hacer frente a todas las violencias contra las mujeres.
En materia laboral, si tenemos en cuenta la igualdad salarial, el 52 % de legislaciones a nivel mundial contempla este principio. Además, solo en el 18 % han implantado medidas de transparencia o mecanismos para abordar las brechas remunerativas. Únicamente 35 países han comenzado con ello y nada más que el 36 % de los países cuenta con modalidades de trabajo flexible (teletrabajo u horarios flexibles). El 19 % dispone de directrices sobre ello.
Los cuidados siguen siendo cargo de las mujeres
Un indicador que tiene gran importancia es el de la igualdad. En los cuidados, este informe revela que las mujeres dedican 2,4 horas más al día que los hombres a esta materia. Además, la existencia de apoyos sociales, financieros o tributarios para cuidado de niños y adolescentes se presenta solo en 78 países. Es decir, en menos del 50 % de los países que fueron analizados.
Por otra parte, únicamente en 62 países existen normas de calidad en materia de servicios infantiles. La media de este parámetro es de 47,6 puntos a nivel mundial. También hay que destacar que, en este indicador, 90 de los 190 países analizados obtuvieron 25 puntos o menos.
La conclusión es que los cuidados siguen siendo cosa de las mujeres y su impacto se refleja a nivel mundial. Por eso, solamente el 16 % de los países contempla incentivos para que los padres soliciten el permiso de paternidad. De igual forma, en el 43 % de las naciones analizadas no se tienen en cuenta las ausencias por cuidado de niños para las prestaciones de jubilación. Únicamente en un 15 % de los casos se ofrece algún incentivo para la pensión de las mujeres.
Derechos de la mujer en España
España resulta bien evaluada en este informe, ya que se reconoce un avance normativo e institucional. Nuestro país se sitúa dentro de los que registran un mayor avance en materia de igualdad entre mujeres y hombres. Sin embargo, esta buena posición no significa que los derechos de las mujeres se encuentren debidamente garantizados o que el avance normativo haya calado en la sociedad.
Desde USO, continuaremos exigiendo mejores condiciones de trabajo, terminar con la precariedad y la parcialidad de las mujeres. Además, debemos garantizar permisos laborales efectivos y protectores de las personas trabajadoras. Hay que seguir reduciendo las brechas de género en las pensiones, así como con la segregación horizontal y vertical. También se deben erradicar las prácticas sexistas en el mercado laboral. Y, por supuesto, los planes de igualdad tienen que ser efectivos y no solo papel mojado.
Se tiene que exigir una estrategia nacional de cuidados acorde a la realidad española. Además, estos permisos por cuidados deben ser remunerados. Carece de sentido que el permiso parental siga siendo no retribuido y no se tenga ningún plan de acción. Otro asunto prioritario es la eliminación de los errores de la ley de paridad que dejan en estado de vulnerabilidad a las personas trabajadoras que ejercen cuidados.
Es imprescindible una normativa clara para combatir las violencias contra las mujeres. Para ello, es vital que los centros de emergencias contra las violencias sexuales empiecen a operar.
Con esto queremos decir que, aunque España esté bien evaluada a nivel internacional, la realidad es que la brecha de género, la violencia de género y la falta de respuesta institucional siguen siendo una constante.
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