Las bajas laborales por estrés, ansiedad y depresión crecen en España. USO defiende la prevención de riesgos psicosociales y un modelo laboral más humano que proteja la salud mental
En los últimos años, las bajas laborales por salud mental han experimentado un preocupante aumento en España. Su origen se encuentra, muchas veces, en las condiciones laborales y en la gestión del bienestar emocional en el entorno de trabajo.
Esta circunstancia no ha pasado desapercibida ni a la patronal ni a las Mutuas que, como nos tienen acostumbrados, utilizan esta información para cargar contra las personas trabajadoras por los miles de euros de pérdidas que, según ellos, suponen para las empresas y el tejido económico del país en general.
Ansiedad, estrés y depresión, aumentan un 66 % desde 2018
Según los datos más recientes del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), las bajas relacionadas con trastornos psicológicos como ansiedad, estrés y depresión han crecido significativamente, un 66% desde 2018, representando ya una de las principales causas de absentismo laboral. Este fenómeno no solo tiene implicaciones individuales, sino también colectivas, ya que afecta al clima laboral y a la dignidad de las personas trabajadoras por el estigma asociado a este tipo de dolencias.
El modelo laboral necesita una profunda transformación
Desde USO consideramos que esta problemática debe analizarse como un síntoma de un modelo laboral que necesita una profunda transformación.
El incremento de las bajas por salud mental no puede entenderse sin analizar los factores laborales que contribuyen al deterioro del bienestar emocional de los trabajadores. Entre ellos destacan:
- Precariedad laboral. La temporalidad, los bajos salarios y la incertidumbre respecto al futuro profesional generan una sensación de inseguridad que mina la estabilidad psicológica.
- Sobrecarga laboral y horarios extensivos. La intensificación del trabajo, agravada por la implementación de tecnologías que dificultan la desconexión digital, ha incrementado el síndrome de burnout en muchos sectores.
- Deficiencias en la prevención de riesgos psicosociales. A pesar de los marcos normativos que obligan a las empresas a evaluar y prevenir riesgos psicosociales, su implementación es limitada. Muchas empresas carecen de políticas efectivas que promuevan el bienestar emocional de sus empleados.
- Infradeclaración de enfermedades de origen laboral. Una de las primeras consecuencias de no tener en cuenta los riesgos psicosociales es la gran dificultad, por no decir imposibilidad, de declarar las patologías mentales originadas por el trabajo como enfermedad profesional. De esta forma, quedan escondidas en el “cajón de sastre” de la contingencia común. Una reformulación del cuadro de Enfermedades Profesionales que incluyese esta patología contribuiría a poder ser tratadas como lo que son. Por otro lado, también conseguiríamos que, los riesgos que las provocan (riesgos psicosociales) fueran tratados, por fin, como un riesgo más en el entorno de trabajo y se evaluase y se implementasen medidas para su eliminación o control tal como se hace con los riesgos higiénicos, biológicos, físicos, etc.
- Entornos laborales tóxicos. La falta de apoyo organizacional, las dinámicas de acoso laboral y las relaciones laborales conflictivas contribuyen a la aparición de trastornos mentales.
Herramientas sindicales para gestionar el aumento de bajas por salud mental
El aumento de las bajas por salud mental no es solo un problema médico o individual, sino una cuestión estructural que requiere de acciones colectivas y políticas públicas adecuadas.
A través de nuestro trabajo como sindicato, disponemos de herramientas que nos permiten contribuir a la gestión adecuada de este problema de salud laboral y poner en marcha mecanismos enfocados a la salud y seguridad laboral de todas las personas trabajadoras:
- Visibilización: sacando a la luz la magnitud del problema, organizando campañas de concienciación sobre salud mental en el trabajo. La salud emocional ya no puede considerarse un tema tabú, debe ser una prioridad en las agendas laborales.
- Negociación colectiva. A través de los convenios colectivos, podemos exigir la implementación de medidas específicas para prevenir riesgos psicosociales -reducción de la jornada laboral, desconexión digital, acceso a servicios de apoyo psicológico-.
- Supervisión de la legislación. Aunque existe un marco normativo que regula la PRL, su cumplimiento es desigual. Los sindicatos actuamos como vigilantes para garantizar que las empresas cumplan con estas normativas y se pueda sancionar a aquellas que no lo hacen. Te recordamos que tus delegados y delegadas están ahí para poder denunciar cualquier situación que ponga en riesgo la seguridad y salud laboral. Y esto abarca, por supuesto, la salud mental.
- Promoción de un modelo laboral más sostenible. ¿Cómo? Impulsando propuestas para transitar hacia un modelo laboral más humano y sostenible, que priorice la calidad del empleo sobre la cantidad. Esto incluye fomentar la estabilidad laboral, garantizar salarios dignos y proteger los derechos de conciliación familiar.
Desde USO consideramos que el aumento de las bajas por salud mental en España deber ser una llamada de atención sobre los efectos nocivos de un modelo laboral que prioriza la rentabilidad económica sobre la calidad de vida.
A pesar de esto, puede suponer una oportunidad para reconfigurar el mundo laboral en términos más humanos. La colaboración de todos los agentes implicados (sindicatos, patronal y Administraciones públicas) es esencial para conseguir entornos laborales que promuevan la seguridad, salud y bienestar de todas las personas trabajadoras.
Comments are closed.