EZA, el Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores, del que USO es miembro, celebra su Asamblea General anual y renueva los órganos
EZA ha celebrado en Vilnius (Lituania) su Asamblea General anual, la primera presencial desde 2019, y en la cual, además, ya se procedía a la renovación de los cargos. El encuentro ha sido auspiciado por el sindicato lituano Solidarumas y la Federación Lituana del Trabajo (LDF). El Centro Europeo para los Asuntos de los Trabajadores (EZA, por sus siglas en alemán, es una organización con casi 60 miembros de pleno derecho, tanto sindicatos como organizaciones sociolaborales, centrada sobre todo en la formación de los trabajadores y sus representantes.
En la Asamblea, han sido reelegidos en sus cargos el presidente, Luc van den Brande; el vicepresidente, Piergiorgio Sciacqua; el tesorero, Norbert Schnedl; y la secretaria general, Sigrid Schraml.
En cuanto al resto de puestos a renovar, se ha decidido establecer el número de vicepresidentes en 5, uno menos que en el anterior mandato, y 6 vocales.
Bogdan Hossu (Rumanía), Maria Reina (Portugal), Herbert Metzger (Alemania), Veselin Mitov (Bulgaria) y Joseph Thounevel (Francia) han sido elegidos como vicepresidentes y representantes de cada una de las grandes regiones de Europa.
En el ámbito de los vocales, João Paulo dos Santos Branco (Portugal), Bjørn van Heusden (Países Bajos), Silviu Ispas (Rumanía), Carien Neven (Bélgica), Jovita Pretzsch (Lituania) y Aneta Szczykutowicz (Polonia) han sido elegidos de entre once candidatos.
USO, que estuvo representado en la Asamblea General por la secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos, Laura Estévez, conformó, junto con la LDF lituana y el CNV, de Países Bajos, la comisión electoral.
La guerra y el desafío para Europa
La guerra de Ucrania y sus efectos geopolíticos y sociolaborales estuvieron muy presentes tanto durante la asamblea como en el seminario previo. En un país como Lituania, con frontera directa con Rusia (Kaliningrado) y muy cercana a Ucrania, la asistencia a los refugiados y su integración laboral dieron pie a la exposición de muchas de las propuestas y proyectos llevados a cabo, también en la vecina Polonia.
El temor a la expansión de la guerra está latente tanto entre los sindicalistas lituanos como entre los polacos. Pero, además, el efecto de la contienda en toda Europa pone en riesgo el Estado del Bienestar y los salarios dignos de los trabajadores. La crisis de Ucrania, inmediatamente posterior a la crisis sanitaria, está provocando una pérdida de derechos.
En primer lugar, en el corazón de la guerra. Los sindicalistas ucranianos de Vost-Volya, ponentes en el seminario previo a la Asamblea General, alertaron de que la ley marcial decretada en el país, excede el ámbito de la guerra y recorta derechos laborales. Así, han alertado de un aumento indiscriminado de los ERTE o los ERE al amparo de la ley marcial, también en regiones que han vivido hasta el momento a salvo de los combates. Que mucha gente trabaja ahora sin contrato y sin derechos, o que el colapso del sistema bancario dificulta el cobrar legalmente los salarios.
Pero no solo allí, ya que los sindicalistas rumanos denuncian que las últimas modificaciones legislativas han cercenado el diálogo social en el país.
Seminario de EZA centrado en el diálogo social europeo
El diálogo social era el tema central del seminario organizado por Solidarumas previo a la Asamblea General de EZA. Entre los ponentes, no solo estuvieron sindicalistas de varios países, sino también miembros de la Comisión Europea.
Así, el director general para el Empleo, los Asuntos Sociales y la Inclusión de la Comisión, Jörg Tagger, aprovechó el seminario para informar sobre la elección de 2023 como “Año europeo de la capacitación”. Una designación que pretende diseñar una línea específica de trabajo comunitario en la capacitación de los trabajadores ante los nuevos retos del empleo y también de capacitación a sus representantes para una mejor defensa frente a los abusos de derechos laborales.
Un repaso por el estado del diálogo social europeo que dejó en evidencia que no está correctamente desarrollado. En Lituania, por ejemplo, solamente un 10 % de los trabajadores están amparados por un convenio colectivo. Esto hace a los trabajadores más vulnerables en la negociación de sus condiciones, especialmente en un momento crítico para la subida salarial frente a la inflación.
En España hay que recordar que el diálogo social está regulado por la Ley Orgánica de Libertad Sindical, que también presenta fuertes desajustes democráticos. Entre los más graves, que solo dos sindicatos tengan el derecho para convocar elecciones sindicales en cualquier empresa, aunque sus trabajadores estén afiliados a otros sindicatos. Y también que contemple un porcentaje de representatividad sindical exigido para tener presencia en el propio diálogo social, frente a los porcentajes necesarios en política, que son la mitad.
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