USO denuncia la vulneración de la intimidad de trabajadoras con bajas por regla dolorosa, aborto o embarazo y exige corregir los errores institucionales

Con la Ley Orgánica 1/2023, de 28 de febrero, se ganaron derechos ya que se reconocieron incapacidades temporales o bajas especiales que eran necesarias y que vienen a poner en relevancia la salud de las mujeres.

En ese sentido, desde la publicación de la ley, tenemos bajas vigentes que pueden significar un aumento en la calidad de vida de las mujeres y que materializan sus derechos sexuales y reproductivos. Se consiguió la baja por regla dolorosa, por interrupción legal de embarazo y en la recta final de la gestación. Son, sin duda, medidas necesarias y que han merecido el reconocimiento internacional y que, en el plano nacional, significan un aumento en la protección social de las mujeres.

Estas incapacidades temporales siguen experimentando resistencias de distintas naturalezas. Sin contar con las sociales, existe un temor a utilizarlas por las consecuencias que pueden generar en el entorno laboral. Por ejemplo, las bajas por regla dolorosa a las que muchas mujeres podrían acceder y no lo están haciendo. Tienen miedo a posibles represalias empresariales y a la percepción de la trabajadora frente al resto de la plantilla. En ese sentido, es urgente trabajar en la sensibilización en perspectiva de género en el ámbito laboral.

Las bajas especiales de mujeres carecen de intimidad

El tratamiento institucional que están recibiendo estas incapacidades temporales es otro de los desafíos que identificamos. Desde la Seguridad Social se están tramitando de manera particular estas bajas. Es una práctica habitual que desde este organismo se comunique a la empresa la baja de la persona trabajadora, pero sin comunicar la causa que la motiva. Sin embargo, en los tres supuestos en los que la Ley Orgánica 1/2023 amplió su alcance, sí está comunicando a las empresas una serie de datos que permiten identificar el motivo por el que la trabajadora está de baja. Ya sea por regla dolorosa, por interrupción del embarazo o por encontrarse en la semana 39 del embarazo. Así lo ha publicado eldiario.es.

Desde la fecha de su vigencia, alrededor de 30.000 mujeres han estado de baja por estas modalidades de incapacidad temporal. De hecho, la Seguridad Social considera que son situaciones especiales de IT.

Se trata, pues, de una situación delicada, ya que las actuaciones institucionales vulneran el derecho a la intimidad de las trabajadoras. Con ello se está produciendo un efecto adverso y, por tanto, contrario a la intencionalidad de la modificación de dicha ley. No hay que buscar responsables, si no enmendar el error. Es inconcebible que desde las propias instituciones se lleven a cabo acciones que afectan a los derechos de las trabajadoras. “Es cierto que son supuestos especiales de incapacidad temporal, pero esperábamos una mejor coordinación por parte de la Seguridad Social y del Ministerio de Igualdad. No se preveían resultados adversos de tramitar las comunicaciones de estas bajas como se realizan a la fecha de hoy. Además, no es posible que la respuesta de dichas instituciones sea que estas bajas al ser supuestos especiales requieran de códigos especiales. Y que, por ello, las empresas puedan saber el motivo de la baja”, denuncia Lourdes Pedrazuela, secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO.

Proteger los derechos de las trabajadoras

Desde USO exigimos que se lleven a cabo las acciones necesarias para modificar estas comunicaciones de forma urgente. “Consideramos que se está perdiendo el foco de que lo importante es proteger los derechos de las trabajadoras. Si queremos acabar con la desigualdad que actúa contra las mujeres y materializar más derechos y mejorar las condiciones de acceso a los mismos, hay que emprender medidas bien razonadas, cuidadas y protegidas. No se puede dar un paso adelante y, después, retroceder para arreglar las cuestiones que se dejaron de lado o minimizar su impacto. Incluso, en el peor de los casos, no se han previsto”, apunta Pedrazuela. 

Hay que seguir conquistando derechos, pero sin olvidar que no son regalos del Estado. Son mínimos existenciales para proteger nuestra dignidad y poder desarrollarnos integralmente. Ni un paso atrás en
derechos que incorporen una perspectiva interseccional de género y derechos humanos.