Este año, el cambio de hora nos coge a todos en nuestras casas cumpliendo con el confinamiento obligado para hacer frente a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus
El cambio al horario de verano llega. Así, la madrugada del domingo 29 de marzo, adelantaremos nuestros relojes y a las 2:00 horas serán las 3:00 horas. Dispondremos de una hora menos de sueño pero, a partir del domingo, de más horas de luz natural, aunque ahora solo se puedan disfrutar desde las ventanas y balcones de nuestras casas.
Incidencia en la salud de los trabajadores
Más allá de la pérdida de una hora de sueño, el cambio de horario incide en la salud de los trabajadores, debido a que estos cambios modifican y afectan al descanso y los bioritmos, durante al menos tres días.
- Alteración del sueño: menos horas de sueño y peor descanso. La falta de descanso es un factor de riesgo de accidentes e incidentes laborales y de tráfico, al tener menos reflejos y capacidad de reacción.
- Cambios en el estado de ánimo y en el humor.
- Peor rendimiento físico y mayor sensación de cansancio.
- Peor rendimiento intelectual: aumenta la dificultad para concentrarnos.
Propuesta para eliminar el cambio de hora
En 2018, surgió en la Comisión Europea la idea de eliminar los cambios de horario. Sin embargo, esta decisión se aplazó hasta 2021 por petición del Parlamento Europeo. En abril de 2020, estaba previsto que los Estados miembros comunicaran su decisión de fijar su horario en el horario de verano o de invierno y, dependiendo de esta, realizarán su último cambio de hora en marzo u octubre de 2021.
Mientras se tomen estas decisiones, el horario de verano se extenderá hasta el último fin de semana del mes de octubre, cuando nuestros relojes regresen de nuevo al horario de invierno.
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