La esclavitud moderna está en todas partes: desde las granjas de algodón de Uzbekistán, hasta en el trabajo doméstico en Mauritania y en los ranchos de ganado de Paraguay; desde la industria pesquera de Filipinas hasta en las obras de construcción para la Copa del Mundo en Qatar. Las cadenas de producción donde se confeccionan las prendas de vestir que llevamos, los alimentos que comemos y la Copa del Mundo que veremos por televisión esconden una dura realidad para millones de trabajadores y trabajadoras.
Desde la Confederación Sindical Internacional se está promoviendo esta Campaña contra la esclavitud moderna. Promueven que todos los estados ratifiquen el protocolo para poner fin al trabajo forzoso. Para ello, recogen firmas que se enviarán a los respectivos gobiernos. Por eso, te pedimos, que rellenes este formulario.
La mitad de los 10 peores países del mundo para los trabajadores según el Índice Global de los Derechos 2015, tienen un problema estructural de trabajo forzoso en su economía. Las estimaciones en cuanto al número de trabajadores en situación de esclavitud moderna no han hecho sino aumentar continuamente a lo largo de las últimas décadas, situándose hoy en día entre los 21 y los 36 millones, lo que supone unas cifras verdaderamente alarmantes.
Es evidente que la comunidad internacional no está preparada para abordar de manera eficaz el problema de la esclavitud moderna en el mundo. En 2014 los Gobiernos aprobaron un nuevo tratado mundial para poner fin a la esclavitud moderna. Este Protocolo ofrece un marco para erradicar eficazmente el trabajo forzoso, incluyendo la trata de personas y las prácticas análogas a la esclavitud, mediante una combinación de medidas de prevención, protección y reparación. El Protocolo exige protección contra las prácticas abusivas en el proceso de contratación de trabajadores migrantes y constituye el primer tratado vinculante que reclama a las empresas que actúen con la debida diligencia a fin de prevenir el trabajo forzoso y responder a los riesgos que este conlleva en sus operaciones y cadenas de suministro.
Sin una amplia ratificación, el Protocolo se convertirá en papel mojado. Si los Gobiernos individuales no lo ratifican, su compromiso de 2014 habrá sido falso y las cifras de esclavos modernos seguirán aumentando.
No dejes que esto suceda. Ayuda a garantizar que esta oportunidad histórica y única para terminar con la esclavitud moderna no se eche a perder.
Dedica unos momentos a decirle a la Ministra de Empleo que ratifique el protocolo ya.
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