España necesitará al menos 260.000 cuidadoras más, pero es un empleo precario cuya falta de cobertura pone en riesgo el sistema de dependencia

En cinco años, serán necesarias 261.400 cuidadoras profesionales más para cubrir las necesidades de empleo en cuidados y dependencia; es decir, es uno de los sectores con más proyección de creación de empleo. Nada más y nada menos que un 53 % más de puestos de trabajo de los actuales, hasta sobrepasar las 750.000 cuidadoras.

Y aún más. Si el sector se profesionaliza y el cuidado deja de recaer en las familias, las necesidades de cobertura serían aún mayores. Podrían llegar a necesitarse incluso más de 600.000 nuevas cuidadoras.

Esta noticia podría resultar muy atractiva para quien busca empleo. Muchas personas podrían decidir formarse en geriatría o atención a la discapacidad sabiendo que tienen el futuro laboral asegurado. Sin embargo, todos sabemos que no será así, que no habrá 50 aspirantes para cada oferta de empleo publicada. ¿Por qué? Porque la de cuidadora es una de las profesiones peor tratada laboral, social y económicamente. Como clamamos desde USO, no cuidamos a quienes nos cuidan.

La proyección de los datos la ha ofrecido el Ministerio de Derechos Sociales con base en el envejecimiento constante de nuestra población. Nuestra esperanza de vida aumenta; nuestros problemas de dependencia, también. El ministro cifra en 2.055.172 las personas que estarán en situación de dependencia al final de la década, frente a las que hoy la tienen reconocida, 1.644.073.

Pero el informe también resume algunos de los datos denunciados desde hace años por USO. Y ahí es donde los cientos de miles de empleos dejan de ser atractivos.

Cuidados: empleo para mujeres precarias

En el sector de la dependencia, las trabajadoras se escriben en femenino. Son las cuidadoras, porque representan el 80 % de las plantillas. Además, el 47 % de las trabajadoras de ayuda a domicilio tienen un contrato de jornada parcial. No solo supone menos sueldo por trabajar menos horas. Como llevamos años estudiando en USO, el salario por hora de las trabajadoras a tiempo parcial es mucho menor que el de quien trabaja a jornada completa. También el Ministerio lo estima así: un 35 % en este sector en concreto.

“Y no es el único problema que padecemos. En el informe se habla de parcialidad. Pero, si a esto le sumamos la dispersión, es la precariedad más absoluta. Hay que tener en cuenta que mucha de la dependencia se encuentra en los pueblos, donde el envejecimiento es mayor. En estos casos, las trabajadoras de ayuda a domicilio pueden tener que visitar dos o tres pueblos en media jornada. Y, aunque parezca increíble, los tiempos de traslado entre uno y otro no computan como tiempo efectivo de trabajo. Al final del día, una mujer puede haber estado fuera de casa las 8 horas, pero cobrar solo por 4 o 5″, denuncia Julia Sánchez, responsable del sector sociosanitario de FAC-USO.

Inmigración y abusos

El sector de los cuidados, tan necesario y que tanto aporta a la sociedad, carece por todo ello de atractivo laboral. Así, al igual que ocurre con el trabajo de hogar, los cuidados es un nicho de empleo principalmente para mujeres inmigrantes. En el hogar, de hecho, más del 40 % de las trabajadoras son foráneas. En el caso de los cuidados, es más difícil conocer la cifra exacta, al estar muchas veces mal encuadradas en las cotizaciones (como hemos comentado, es habitual incluso que figuren como empleadas de hogar).

“Contratar a colectivos vulnerables aumenta el riesgo de abuso laboral. Y, de hecho, son muchas las denuncias que recibimos de trabajadoras del sector relacionadas no solo con los tipos de contratos o la falta de ellos, sino también con las funciones. Mezclar cuidado de dependientes con tareas del hogar o ‘chica para todo’ es uno de los grandes males de la profesión”, lamenta Lourdes Pedrazuela, secretaria de Igualdad, Políticas Sociales y Formación de USO.

No obstante, Pedrazuela ve también el lado positivo de este ángulo: “no puede haber ningún tipo de debate sobre la necesidad del aporte migratorio. Y mucho menos sobre cumplir escrupulosamente con sus derechos laborales. Si la falta de cobertura de las ofertas de empleo en cuidados, mejorando por supuesto sus condiciones, es una llamada a la llegada de más población con garantía de trabajo e inclusión, bienvenido sea”.

Sin hoja de ruta para los cuidados

Desde Europa, se ha puesto en marcha la Estrategia Europea de Cuidados. Este pilar del bienestar forma parte de los Objetivos de la Unión Europea para 2030. En España, USO ha acudido a las reuniones convocadas para darle seguimiento. La última, no obstante, fue en octubre de 2024.

“Desde entonces, este tema crucial para los derechos sociales de las personas cuidadas y para los derechos laborales de quienes cuidan ha quedado relegado por completo. USO demanda una apuesta firme, con un calendario de reuniones y unos objetivos a corto plazo. Nosotros seguiremos llamando a todas las puertas, tanto en España como en Europa, para avanzar en los derechos de los dependientes y sus cuidadoras”, afirma la secretaria de Igualdad, Políticas Sociales y Formación de USO.