Hoy se celebra el Día de las Naciones Unidas, organismo multilateral por excelencia que cumple en 2019 74 años de existencia. En él, cada Estado tiene un voto y aunque su Consejo de Seguridad está construido en función de los resultados y vencedores del último conflicto armado mundial, dando carácter permanente a cinco Estados, sigue siendo el marco donde la diplomacia puede actuar y lograr relevantes consensos.
Además, se ha dotado de toda una serie de agencias especializadas, entre ellas, FAO (alimentos), UNICEF (infancia), UNESCO (Cultura y Patrimonio), ECOSOC (un Consejo Económico y Social), la OIT, la agencia tripartita encargada por velar por el trabajo decente, etc., que permiten ayudar a conocer la realidad de esos ámbitos y los diplomáticos deben acordar propuestas de acción de esas agencias.
El mundo del trabajo saluda esta efeméride y la vincula con la necesidad de fortalecer dinámicas de paz internacional y de inclusión social, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de financiación de los ODS de Addis Abeba y el Acuerdo del Clima de París y la reclamación de un nuevo contrato social y una Transición justa, como lo ha expresado Sharon Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional.
Pero existen también varios peligros, denunciados por la propia CSI. Ataques al multilateralismo y abandono de estos organismos por parte de varios gobiernos y una captura por parte del sector corporativo. La CSI ha reclamado que ante la entrada como Observador Permanente ante la Asamblea de las Naciones Unidas, de la Cámara de Comercio Internacional y acceso a todos los borradores de textos para ejercitar su acción de lobby, los sindicatos entren con ese mismo estatus para que la participación de los interlocutores sociales sea equilibrada y justa. De hecho, USO reclamó al Gobierno español en funciones, que hiciera las gestiones oportunas en Nueva York para que se diera a la CSI ese estatus.
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