Desde USO nos unimos a la lucha contra el cáncer de piel. Te explicamos qué es y las medidas de prevención que puedes tomar para atenuar los efectos de la radiación ultravioleta
Hoy, 13 de junio, se celebra el Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel y queremos sensibilizar, sobre todo, a las personas que desarrollan sus trabajos a la intemperie, que deben protegerse tan pronto como el índice UV alcanza el nivel 3 y no sólo cuando brilla el sol, ya que esta exposición hace que sean más proclives a padecerlo.
Trabajadores temporales, precarios y más expuestos a riesgos
Con el inicio de la temporada de verano se contratan personas jóvenes con titulación de socorrista, monitoras de natación o monitores de tiempo libre y animación para los campamentos de verano, con contratos temporales y, en muchos casos, no se les da la formación e información sobre los riesgos a los que están expuestos ni se adoptan las medidas adecuadas.
Estos trabajadores jóvenes, en su mayoría, no notan los efectos nocivos de forma inmediata, salvo en forma de quemaduras solares, pero no deben olvidar que el efecto de la radiación ultravioleta en la piel es acumulativo y puede causarles en el futuro un fotoenvejecimiento prematuro e, incluso, cáncer de piel. Del mismo modo que, si se acostumbran a establecer hábitos foto saludables pueden ser modelo de conducta para las personas que tienen que proteger y cuidar, involucrándolas en la prevención del cáncer cutáneo.
En el mismo sentido se ha de mencionar a los trabajadores de temporada en el sector agrario, muchas de las cuales se desplazan hasta las zonas de cultivo para ir encadenando campañas de recolección, en situaciones de auténtica precariedad laboral. Sin entrar en cuestiones tan importantes como la vigilancia de la salud, obligatoria por las diversas enfermedades profesionales que pueden padecer estas personas, o la formación, sí creemos que la atención de la autoridad laboral se debe centrar en el cumplimiento de las medidas organizativas y preventivas, estipuladas en la evaluación de riesgos laborales, para evitar la exposición prolongada a la radiación ultravioleta.
¿Qué es el cáncer de piel y cuántos tipos hay?
El cáncer de piel se suele desarrollar en las zonas expuestas al sol, como el cuero cabelludo, el rostro, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos y las manos, y, en el caso de las mujeres, en las piernas. También puede formarse en áreas que rara vez ven la luz del día como las palmas de las manos, debajo de las uñas de las manos o de los pies y el área genital. Puede afectar a personas de todos los tonos de piel, incluidas aquellas con tez más oscura. En estos casos, suele producirse en áreas que normalmente no están expuestas al sol, como las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Existen tres tipos principales de cáncer de piel:
- Carcinoma basocelular. Se produce en áreas del cuerpo expuestas al sol, como el cuello o el rostro. Puede aparecer como un bulto ceroso o perlado o como una lesión plana, parecida a una cicatriz marrón o del color de la piel o como una úlcera con costras o sangrante que se cura y regresa.
- Carcinoma espinocelular. Se produce en áreas del cuerpo expuestas al sol, como el rostro, las orejas y las manos. Las personas con piel más oscura son más propensas a desarrollar carcinomas espinocelulares en áreas que generalmente no están expuestas al sol. Puede aparecer como un nódulo rojo y firme o como una lesión plana con una superficie escamosa y con costras.
- Melanoma. Puede formarse en cualquier parte del cuerpo, en la piel normal o en un lunar existente que se vuelve canceroso. El melanoma aparece con mayor frecuencia en el rostro o el tronco de los hombres afectados. En las mujeres, se desarrolla en la parte inferior de las piernas. Tanto en los hombres como en las mujeres, el melanoma se puede producir en la piel que no ha sido expuesta al sol.
¿Está reconocido el cáncer de piel como enfermedad profesional?
El cáncer cutáneo profesional (CCP) es un grupo de neoplasias malignas atribuibles a la exposición a factores cancerígenos en el medio laboral. Se vincula principalmente al cáncer no-melanoma, incluye el carcinoma epidermoide, la enfermedad de Bowen y otras lesiones precancerosas como la radio-dermitis.
En los casos de cánceres no producidos por la exposición al sol, existen otros factores que intervienen como estar expuesto a sustancias tóxicas o tener una afección que debilite el sistema inmunitario. En el plano laboral ya se han incluido como enfermedades profesionales las producidas por los siguientes agentes:
- Arsénico y sus compuestos, Rayos X o sustancias radiactivas, producen carcinoma epidermoide de piel.
- Arsénico y sus compuestos, enfermedad de Bowen
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH), productos de destilación del carbón: hollín, alquitrán, betún, brea, antraceno, aceites minerales, parafina bruta y los compuestos, productos, residuos de estas sustancias y destilación de la hulla producen lesiones premalignas de piel y carcinoma de células escamosas.
- Otros agentes químicos potencialmente cancerígenos para la piel que conlleven la manipulación y contacto con productos etiquetado con las frases: R40 Posibles efectos cancerígenos, R45 Puede causar cáncer, H350 Carcinogenicidad categorías 1Ay 1B; H351 Carcinogenicidad categorías 2.
¿Qué medidas preventivas se deben adoptar para atenuar la radiación ultravioleta?
Lo primero es evitar la exposición solar directa y, si no es posible la utilización de productos protectores, es importante incluir en la correspondiente evaluación de riesgos laborales la obligatoriedad de realizar un autoexamen de la piel, especialmente a partir de los 50 años.
Para ello, el servicio médico del centro de trabajo debe ayudar en la formación necesaria destinada a que la persona conozca en profundidad los signos y síntomas que deben ser especialmente buscados y ante los que debe estar alerta. Debe prestarse atención a la aparición de nuevas manchas, a los lunares que hayan incrementado su extensión o hayan sufrido algún tipo de cambio como sangrados, variaciones en la coloración, presencia de picor, bordes irregulares o cualquier lesión en la piel que no termine de sanar si presenta una herida.
En segundo lugar, tener en cuenta algunas, muy sencillas de llevar a cabo, como son:
- Integrar del Índice UV en el sistema de gestión de riesgos laborales, comunicando a los trabajadores el índice UV de su zona.
- En condiciones climáticas de calor extremo, moderar la exposición al sol, evitando trabajar en las horas centrales del día, alternando actividades o sustituyendo a las personas expuestas.
- Evitar la exposición solar intensa, teniendo en cuenta que la piel conserva una memoria sobre la cantidad de radiación recibida en la infancia y a mayor dosis, mayor probabilidad de cáncer de piel en la edad adulta. Debemos conocer que las quemaduras solares sufridas antes de los 20 años son las que con más probabilidad pueden desarrollar un melanoma pasados los 40 años. Se deben establecer pausas de descanso a la sombra.
- Utilizar cremas con un factor de protección solar (FPS) mínimo 30, aplicándola al menos 30 minutos antes de la exposición y repetirlo cada 2 horas al menos. Algunas características de los filtros solares: deben proteger tanto frente a la radiación ultravioleta A como la B; la protección debe ser frente a los radicales libres, generalmente se utilizan vitaminas C o E; ser fotoestable, es decir que no se degrade rápidamente por la acción del sol.
- Asegurarse de que los trabajadores llevan ropa de trabajo adecuada, deben proteger las zonas sensibles como labios y nariz con productos especiales, cabeza y cuello con sombrero de ala ancha y proteger los ojos con gafas cuyos cristales protejan al 100% frente a la radiación. En resumen, deben llevar los EPI’s adecuados frente a este riesgo, incluyendo también las cremas de protección solar.
- Utilizar estos filtros siempre antes de una exposición solar, incluyendo el invierno.
- Como protección colectiva, instalar en el puesto de trabajo, siempre que sea posible, parasoles, toldos o cualquier otro dispositivo que proteja de la radiación solar.
Desde USO recordamos la importancia de evaluar y tomar medidas preventivas en los puestos de trabajo, haciendo un llamamiento para que no se minimice la gravedad riesgo de la exposición solar y del resto de factores que pueden provocar a la larga cáncer de piel. El papel de los delegados y delegadas de Prevención es fundamental para adoptar estas medidas, concienciar e informar y exigir la misma protección para los trabajadores y trabajadoras, sobre todo de los que están en una situación de mayor vulnerabilidad debido a la temporalidad en su contratación.
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