Día Internacional de la Democracia: un tercio de la población no vive en una y en otros países la democracia sufre un peligroso declive o desvirtuación
La USO celebra el Día Internacional de la Democracia proclamado por la Asamblea General de Naciones Unidas, y lo hace denunciando, por una parte, la falta de ella para más de un tercio de la población mundial. Pero también el declive o desvirtuación de la democracia que está viéndose en muchos países.
Esto no ocurre solo en jóvenes democracias, sino en algunas de las democracias históricas y que parecían consolidadas e inquebrantables. En estos países donde la democracia está en riesgo observamos falta o merma de normas internacionales y libertades; legislaciones obstruccionistas y falta de principios básicos de legalidad. Y, además de carencias en el marco legal, ataques a las libertades: impedimentos de participación o asociación; a la reunión; ataques a la libertad de expresión y prensa; o detenciones a opositores políticos. Esto deriva en el incumplimiento sistemático de derechos humanos fundamentales y la construcción de sociedades injustas en las que se comprometen la paz y la seguridad interna, pero también la externa.
Un impulso de todos a las democracias del mundo
En el ámbito internacional, las organizaciones debemos defender que sea desde la democracia, con elecciones periódicas por sufragio universal y otros mecanismos adicionales de participación social, donde se ponga a la persona en el centro de la toma de decisiones. Y debemos defenderlo con la misma contundencia con que se intente impedir o coartar. Porque es desde la democracia desde donde debe construirse el futuro de las sociedades; y garantizar la libertad, la protección social, la equidad respecto a derechos civiles y políticos, el reparto de la riqueza y la dignidad del empleo. Todo ello, mediante políticas y economías humanizadas y sostenibles.
Así, cualquier justificación para comprometer sistemas democráticos, amparados en determinadas ideologías, merecen a nuestro juicio el mayor y más contundente rechazo.
Además, en la actual situación de pandemia, en términos democráticos están viviéndose situaciones que, lejos de mejorar, empeoran. Estas políticas, a veces, incluso tratan de justificarse en la protección de la población. Y se ven en forma de control de publicaciones; cambios precipitados e interesados de normativas de estructuras de funcionamiento político; represión o censuras desproporcionadas, entre otros.
Es por ello que nos sumamos al llamamiento a la acción de la ONU para abordar y contrarrestar la amplia gama de formas en que la crisis del covid-19 puede afectar la democracia y aumentar el autoritarismo. Entre ellas, aquellas referidas al desarrollo de la alfabetización mediática y la seguridad digital; la lucha contra la desinformación y el discurso de odio, que se han multiplicado durante la crisis.
Junto a ello, tratar de dar a conocer los desafíos de la desigualdad y la deficiente prestación de servicios, agravados por la crisis. Y hacerlo con un enfoque específico en las necesidades y derechos de las mujeres, los jóvenes, las minorías y otras poblaciones marginadas, entre otras.
Proteger la democracia de España
En el Día Internacional de la Democracia también tenemos que mirar para adentro. Como USO, queremos alertar hoy de los peligros a los que la democracia en nuestro país se enfrenta, y que pueden debilitarla o dejarla en manos de populismos o planteamientos que interesadamente la cuestionasen. Por ello, hoy es un día para hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos los partidos frente al inmovilismo político; la inacción o el bloqueo; las interferencias económicas y políticas externas al parlamento elegido; el manoseo de la justicia; la utilización de medios de comunicación o comprometer su independencia.
Y el desuso en el que ha caído una herramienta básica de toda democracia: la capacidad de consenso. En España asistimos a una carencia total de consenso generalizado y políticas de Estado en materias clave e incluso en una emergencia nacional como está siendo la pandemia de covid-19.
La democracia también está siendo atacada por la corrupción que estamos padeciendo en el transcurso de las últimas décadas y contra la que hay que plantear una lucha sin vacilaciones. La democracia no solo hay que defenderla sino cuidarla, practicarla y sostenerla en su más noble expresión diaria.
La democracia sindical, una asignatura pendiente en España
En el Día Internacional de la Democracia también toca hablar, cómo no, de democracia y libertad sindical. Es esta una de las asignaturas pendientes desde nuestra transición, con una legislación obsoleta que nadie se atreve a tocar, aunque muchos reconocen su necesidad.
La mal llamada democracia sindical se sustenta sobre una legislación y una normativa electoral injustas, que lejos de ser una democracia real y ecuánime, beneficia a los denominados “sindicatos más representativos”. La Ley Orgánica de Libertad Sindical, la LOLS, lejos de alentar la democracia, impide el crecimiento de otras organizaciones sindicales, imponiendo desventajas y obstáculos en todos los órdenes.
La LOLS no es solo una cuestión formal. Sus preceptos atacan la esencia más evidente de la democracia: la pluralidad. Afortunadamente, esta también existe en el terreno sindical, y sitúa a la USO como tercera fuerza en nuestro país. Porque, como pasa en el terreno político, la sociedad no quiere que esto sea cosa de dos, sino de varios. Ni quiere portavoces universales.
En USO esperamos que algún día demos el salto de calidad democrática en el terreno sindical, pese a quien pese. De momento, cuidemos la que tenemos.
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