Los cuidados siguen siendo una labor feminizada, históricamente desvalorada y no remunerada. Desde USO impulsamos el cambio hacia su reconocimiento social, económico y cultural
En el Día internacional de los Cuidados y el Apoyo es necesario reconocer y hablar de su importancia, asunto que, en ocasiones, parece novedoso. Sin embargo, se trata de una materia común ya que todas las personas hemos necesitado, necesitamos y seguiremos necesitando de ellos. Pero ¿por qué ha pasado tan desapercibido y lleva apenas unos años formando parte de la agenda política?
La respuesta no es otra que porque los cuidados han sido y siguen siendo un trabajo feminizado, actividades que han sido invisibilizadas y naturalizadas como una tarea de mujeres. Por lo tanto, han tenido un nulo o mínimo reconocimiento a nivel social y, por supuesto, a nivel económico. La doble y hasta la triple jornada de las mujeres pasa desapercibida aún hoy en día.
Mujeres, cuidados, excedencias
De acuerdo con los datos del Instituto de las Mujeres, las mujeres con hijos e hijas invierten en cuidados 37,5 horas a la semana, mientras que los hombres, 20,8 horas a la semana. Esta situación no es exclusiva de familias con hijos e hijas a cargo, ya que, en parejas sin estas responsabilidades familiares, las mujeres siguen teniendo una carga excesiva (16,4 horas semanales frente a las 8,7 horas de los hombres).
En ese mismo sentido, encontramos que las excedencias por cuidado de hijo/hija, de acuerdo con los datos de la Seguridad Social, siguen estando abrumadoramente a cargo de las mujeres y representan un 84,69 % a nivel nacional en el primer trimestre de 2024. Y como no podría ser de otra manera, las excedencias por cuidado de familiares, también corren a cargo de las mujeres. Así, según el Instituto de las Mujeres, un 78,6 % se encuentra a cargo de las mujeres de acuerdo con los datos de 2022.
Los hombres implicados en los cuidados son pocos
Como podemos apreciar los hombres se encuentran implicados en tareas de cuidados en un porcentaje reducido. No se trata de que haya una ligera diferencia porcentual entre géneros, si no de una gran desproporción en las cargas de cuidados. Esto no es casual, ya que el sistema sexo-genérico ha quitado responsabilidad en materia de cuidados y les ha exentado de estas tareas.
Poco a poco se va transformando este panorama, pero a paso bastante lento. La normativa laboral ha avanzado y ha reconocido igualdad en derechos en materia de cuidados y conciliación, equiparando los permisos de maternidad y paternidad, así como otros permisos que ponen a hombres y mujeres en igualdad de circunstancias para cuidar.
Sin embargo, hay un componente que no depende de decretos y es el cambio cultural, ya que muchos de los hombres acceden a los permisos y los disfrutan, pero ¿en realidad están siendo corresponsables? Estudios como el realizado por Barcelona School of Economics revelan un incremento de los permisos de paternidad del 1,3 % de hombres durante el mundial de Qatar. Este es un dato que si bien no nos permite hacer conclusiones, nos aporta para la reflexión y el análisis sobre la corresponsabilidad en cuidados.
Repensar los cuidados y hacerlos inclusivos
Para continuar analizando los cuidados debemos centrarnos en la concepción que tenemos acerca de la categoría cuidados y que ha servido de base para la confección de permisos y prerrogativas laborales e institucionales.
Casi en automático, al hablar de cuidados, pensamos en la maternidad/paternidad y la dependencia de ascendentes. Es decir, seguimos pensando en la estructura y necesidades de la familia tradicional. Sin embargo, la realidad nos ha mostrado que es necesario reconocer los vínculos que no tienen una carga familiar y que deben ser cuidados. Por ejemplo, un avance lo tenemos en el permiso de hospitalización, el cual en su configuración abre la posibilidad de cuidar a una persona sin necesidad de comprobar un vínculo familiar, quien bien podría ser la persona con la que compartimos el piso. El repensar la configuración de los cuidados y hacerlos más extensivos e inclusivos puede ayudarnos mucho a no dejar en condición de desprotección a ninguna persona ni a ninguna familia.
Cuidar a quien nos cuida
Otro tema fundamental son los derechos laborales de las personas cuidadoras, quienes mayoritariamente son mujeres y a quienes encontramos en condiciones de explotación, precariedad y, en muchas ocasiones, incluso hasta en regímenes de semiesclavitud.
Desde USO seguiremos trabajando por garantizar un respeto integral a sus derechos laborales, a su salud y seguridad en el espacio de trabajo y una adecuada valoración de sus riesgos de trabajo, incluidos los factores psicosociales. Tenemos que acompañar la implementación de la nueva normativa que les protege y exigir que se cumpla eficazmente.
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