En el Día Mundial de la Alergia, recordamos la importancia de detectar alérgenos potenciales en el trabajo, minimizar la exposición y establecer medidas de PRL

La alergia puede sobrevenir en cualquier entorno, también en el trabajo. Por ello, en el Día Mundial de la Alergia, recordamos que es importante la prevención de riesgos laborales, ya que suponen un problema importante que puede afectar la salud y la seguridad de las personas trabajadoras. A continuación, se detallan algunos pasos clave para estar seguros ante ellas.

¿Cómo conocemos la presencia de alérgenos en el centro de trabajo?

El primer paso para elaborar un buen plan de prevención de riesgos laborales con respecto a las alergias en el trabajo es analizar la potencial presencia de alérgenos en el centro de trabajo y el entorno laboral.

Por un lado, se debe realizar una inspección exhaustiva para identificar posibles alérgenos: polvo, moho, alimentos, látex, etc…

Por otro, se debe tener un listado de todos y cada uno de los productos químicos o sustancias que puedan estar presentes en el proceso productivo. Así, además de los riesgos químicos que puedan suponer, tendremos en cuenta aquellos que puedan ser origen de reacciones alérgicas.

De manera paralela, se pueden realizar actividades o campañas dirigidas a las personas trabajadoras para concienciar sobre el riesgo añadido de padecer algún tipo de alergia. Y también de la importancia de ponerlo en conocimiento del servicio de prevención: solo así podrán aplicar las medidas correspondientes y adicionales para poder proteger a la persona que presente esta alergia y que no suponga un riesgo añadido a los ya presentes en el trabajo.

Una vez identificados alérgenos y personas trabajadoras con alergia y el tipo de estas, hay que evaluar la probabilidad de exposición y la gravedad potencial de las reacciones alérgicas. Es entonces cuando podremos determinar las medidas preventivas o protectoras con el fin de garantizar una protección eficaz.

Medidas preventivas frente a la alergia en el trabajo

  • Control de la fuente u origen de la alergia: esta medida es la primera que hay que plantear. La Ley de Prevención establece un orden concreto a la hora de actuar frente a los riesgos presentes en el trabajo, teniendo como prioridad el origen de ese riesgo para valorar si se puede eliminar. Esto supone la valoración de sustituir materiales o productos que contengan alérgenos por alternativas menos peligrosas. En caso de que no se pueda sustituir, se debería optar por mejorar la ventilación para reducir la concentración de alérgenos en el aire; si no bastase con sistemas de ventilación general, se optaría por sistemas de extracción o ventilación localizada en los lugares de trabajo o zonas del proceso productivo donde tuviese lugar la emisión y/o concentración.
  • Limpieza y descontaminación: confeccionar y aplicar procedimientos de limpieza y descontaminación efectivos y concretos para eliminar alérgenos de superficies y equipos: hay que indicar su localización exacta (zonas del centro de trabajo, maquinas o equipos…) y el procedimiento de limpieza a seguir.
  • Equipos de Protección Individual (EPI): si después de los dos puntos anteriores, aún persiste presencia de alérgeno y riesgo de exposición, se debe optar por proporcionar a todas las personas trabajadoras expuestas a riesgo de reacción alérgica los equipos de protección adecuados (EPI) para que no les llegue a afectar y provocar ninguna reacción alérgica.

Identificados los riesgos: ¿cuál es el siguiente paso?

Para poder cerrar el proceso y garantizar a las personas trabajadoras una protección eficaz, se debe dar difusión a través de acciones formativas e informativas. En ellas, deben indicarse los riesgos, las medidas adoptadas, los EPI correspondientes y su correcta utilización para garantizar la protección que ofrecen.

Para complementar esta formación e información, se puede incluir formación en primeros auxilios para poder estar preparados ante cualquier situación de emergencia relacionada con las alergias que pudiese ocurrir.

La protección ante cualquier riesgo en el trabajo es un derecho de todas las personas trabajadoras, incluyendo las características particulares de cada uno de nosotros, como puede ser algún tipo de alergia. Por eso, ante estas situaciones que puedan poner en riesgo la salud y seguridad laboral de las personas trabajadoras, hay que reclamar nuestros derechos.

Nuestros delegados y delegadas de Prevención son los encargados de darnos voz en los centros de trabajo. Debes acudir a ellos para comentar dudas, hacer consultas o cualquier circunstancia que tengan que conocer en relación a la prevención en la empresa.

Desde USO, consideramos que la prevención de riesgos laborales relacionados con las alergias es esencial para garantizar un ambiente de trabajo seguro y saludable. Al seguir estos pasos, las empresas pueden minimizar la exposición a los alérgenos y proteger la salud de sus empleados, mejorando así, el nivel de protección para las personas trabajadoras.