Tras un 1º de Mayo diciendo lo contrario, CEOE, CCOO y UGT llegan a un acuerdo de subida salarial del 4 % que da por perdida la devaluación del 5,3 % en 2022
La patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT han llegado a un pacto de subida salarial que contempla un 4 % de subida para 2023 y un 3 % para cada uno de los próximos dos años. “Es bueno que se intente partir de un 4 % de subida salarial en lugar del 1 % al que nos tenían acostumbrados este tipo de acuerdos. Pero lamentamos, sobre todo, dos cosas: la pérdida salarial que se da así, por perdida, y el teatro al que asistimos en el 1º de Mayo con un acuerdo ya cocinado”, arremete Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Es el primer punto el más dañino “porque, si el paripé de la manifestación de estos sindicatos el 1 de Mayo hubiera terminado con una subida retroactiva del 5 % que compensara 2022, podríamos aceptar incluso que formara parte del juego de la negociación, aun cuando lo consideramos oscuro y oportuno en cuanto a fechas. Pero sobre este 4 % de subida hay que recalcar dos cosas: en primer lugar, que la negociación colectiva para 2023 ya está en su mayor parte cerrada y en vigor, y la última media conocida es del 3,06 %. Y, en segundo lugar, que se da por buena la devaluación salarial sufrida el año pasado, del 5,3 %. Un empobrecimiento del que ya no nos recuperaremos”, remarca Pérez.
“Por no hablar de lo firmado, casi con los mismos actores, para el personal público: ya cerraron 2022 con pérdidas y las seguirán sumando estos dos años. Lo que vale para unos no vale para otros”, añade Joaquín Pérez.
Más empobrecimiento en los próximos años
El acuerdo, del que aún no se conocen los detalles, plantea sendas subidas del 3 % para 2024 y 2025. “Por desgracia, podemos vaticinar que son también a la baja. Con la inflación estructural muy por encima, los productos básicos disparados y la política de tipos de interés que seguirá ahogando a las familias a través de la vivienda, un 3 % es cerrar en pérdidas antes de comenzar el ejercicio. En USO nos parece un encorsetamiento totalmente imprudente”, lamenta el secretario general de USO.
Y todo esto, “contando con que no haya sorpresas en la letra pequeña, como las cláusulas a las que nos han acostumbrado estos acuerdos, ligadas a productividad o absentismo”.
Freno a la negociación colectiva
El secretario general de USO espera que “este neoverticalismo sindical, con topes salariales impuestos por las cúpulas y capando la capacidad negociadora de las secciones sindicales y comités de empresa no impida la autonomía para mejorar las condiciones. ¿Qué pasa en empresas con beneficios muy por encima de esas cifras? ¿Y con aquellas que, tras haber cedido la plantilla durante estos años, quieren sinceramente recompensar los esfuerzos? El modelo de USO no impone a las secciones sindicales, que son las que conocen la situación de cada empresa, unos topes a sus mejoras. Esperamos no encontrarnos con empresas esgrimiendo este acuerdo cuando la negociación cara a cara pueda ser mucho más beneficiosa para los trabajadores. Porque, aunque en muchas ocasiones y por suerte, estos acuerdos no se han cumplido, sí que muchas empresas los usan como punto de partida”.
Así, Joaquín Pérez menciona acuerdos recientes de nuestro sindicato “donde sí se recupera la pérdida de 2022 o incluso de 2021, con una fuerte subida además en 2023“.
Subida salarial oportunista
Además, Joaquín Pérez señala el oportunismo de esta subida salarial. “Es imposible que en solo tres días se llegue a un acuerdo entre dos partes supuestamente tan enfrentadas. El 1º de Mayo se trató de exhibir una falsa presión a la patronal ya con los papeles casi firmados. ¿O es que la negociación solo duró un cuarto de hora? Además, llega a solo tres semanas de la cita electoral. Alguien trata de firmar la paz social”.
“Necesitamos un diálogo social más transparente, más plural, con una separación de poderes real también en este ámbito: entre lo sindical y lo político. Y, sobre todo, necesitamos ambición en políticas laborales. No solo una subida salarial que selle una falsa paz para tres años, sino atajar la temporalidad, la parcialidad y la falta de empleo de valor con una reforma laboral valiente, que impida el despido barato, no una simple reforma de conceptos”, sentencia el secretario general de USO.
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