Con las palabras de “el futuro del trabajo ya está aquí; ahora mismo”, Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, se ha referido en Viena a la urgencia de una agenda estratégica de los sindicatos con relación al nuevo mercado laboral. Un mercado que ha venido para quedarse, caracterizado por la digitalización, las plataformas on-line, la economía colaborativa, la industria 4.0 robotizada y las impresoras 3D para la fabricación de innumerables productos.
Lo hacía durante la 16ª reunión celebrada por el Consejo General de la organización mundial, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre, en la cual ha participado en representación de USO el secretario de Acción Internacional, Javier de Vicente.
Según Sharan Burrow, este nuevo mercado laboral también se caracteriza por la precariedad del empleo, por la ausencia de protección mediante la negociación colectiva y el diálogo social, y por la desregulación generalizada de las relaciones laborales. Es un modelo de “competencia” llevada al límite de convertir al trabajo prácticamente en una mercancía. Es por ello que la CSI, junto a la OIT, van a incidir en un programa ambicioso durante los próximos dos años con los gobiernos y los empleadores que concluya con una declaración internacional sobre el futuro del trabajo que sería aprobada en 2019, coincidiendo con el centenario de esa agencia de Naciones Unidas.
El presidente de la CSI, Joao Felicio –en la foto junto a Javier de Vicente- se refirió a la situación de Brasil y al proceso de imputación de Lula da Silva por falsos delitos, como método para apartar de las opciones de reelección al ex-mandatario de origen sindical; ello contrastando con el enorme fraude fiscal de las multinacionales y otras empresas que operan en aquel país por cuyas causas apenas se abren procesos judiciales. La CSI respalda la campaña de apoyo a Lula da Silva.
Por otro lado, el Consejo General de la CSI ha analizado las tensiones por la situación geopolítica en todos los continentes –con guerras y fuertes migraciones-, y ha fijado como nuevos frentes en la agenda de la organización la justicia climática y la transformación industrial a través de un proceso de transición justa; controlar el poder empresarial de las cadenas de suministro, y eliminar la esclavitud moderna como la que se permite en Qatar con el sistema de kafala.
Los delegados asistentes discutieron también en la reunión sobre los países en situación de mayor riesgo por la ausencia de derechos para los trabajadores, sobre la gobernanza mundial de la migración, y por las campañas de empoderamiento de las mujeres. También, las cuestiones de organización, con especial énfasis en reforzar el poder de los trabajadores a través de la afiliación sindical, fueron objeto de análisis.
La CSI aprobó la afiliación de siete nuevas confederaciones nacionales sindicales, incrementando con ello su representación en 800.000 trabajadores y trabajadoras.
El Consejo celebró también el 10º aniversario de la fundación de la CSI, que fue constituida precisamente en Viena en el año 2006. En una sesión especial al efecto se contó con la presencia de destacados invitados, como los primeros ministros de Austria y Suecia, el director general de la OIT, Guy Ryder, y el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, Luca Visentini.
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