El jurado del premio Nobel de la Paz ha concedido este galardón al denominado Cuarteto de Diálogo Nacional tunecino formado por la patronal Unión Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA), la Liga tunecina de derechos humanos, la Asociación Nacional de Abogados y el sindicato Unión General de los Trabajadores Tunecinos (UGTT).
Este Cuarteto nació ante el peligro de que se truncase la primavera árabe de la que Túnez era el país pionero, tras las revueltas que jalonaron el país y la huelga general impulsada por la UGTT sucedidas al hilo en diciembre de 2010 de la inmolación de un vendedor informal, Mohamed Bouazizi, ante el maltrato de la policía y cuya mercancía, su único sustento, fue requisada por la misma.
Si bien cayó el dictador Ben Ali, actualmente refugiado en Arabia Saudí, y se celebraron unas primeras elecciones que ganó el partido islamista Ennahda, hubo un bloqueo institucional y legislativo ante las pretensiones de este partido que debían figurar en la nueva constitución y los partidos de la oposición. En julio de 2013, la sociedad estaba muy polarizada y se produjo el asesinato de un líder histórico de la oposición de la izquierda marxista, Mohamed Brahmi, a manos presuntamente de yihadistas que produjo un shock en la sociedad tunecina y pareció que podría ser el comienzo de una etapa de desgobierno y enfrentamientos entre las fuerzas políticas. Es en ese momento que se crea el Cuarteto de Diálogo Nacional.
El Cuarteto consiguió restablecer la calma en la sociedad y el diálogo entre las fuerzas políticas. Se reescribió la nueva constitución y hubo unas nuevas elecciones.
Si bien, ha habido atentados terroristas, como por ejemplo, el que se produjo en el museo Bardo de Túnez o en un hotel de Susa reivindicados por el llamado Ejército de Salvación, el repudio de la sociedad tunecina es total y los fenómenos de yihadismo son marginales, aunque hay un peligro latente y se conoce que algunos tunecinos forman parte de las organizaciones que combaten en la guerra civil siria.
El rol jugado en la catálisis de la primavera árabe por parte de la UGTT y su protagonismo en esta transición se debe a que la UGTT, aún en la dictadura, ha logrado tener una cierta autonomía y el movimiento obrero ha sabido autoorganizarse, como en las huelgas que sacudieron el Sur de Túnez en los meses anteriores a la revuelta civil de diciembre 2010-enero 2011. Hay que destacar el liderazgo de Houcine Abassi, secretario general de la UGTT, veterano dirigente que con su autoridad moral desempeñó un papel muy destacado en el desempeño del propio Cuarteto.
En el momento de hacerse público el premio Nobel de la Paz, Houcine Abassi se encontraba en el Consejo General de la Confederación Sindical Internacional, en representación de la UGTT en Sao Paulo y el Pleno de dicho Consejo celebró este acontecimiento.
Abassi, secretario general de la UGTT, dijo a los representantes sindicales que “el Premio Nobel de la Paz 2015 no se concedió a un intelectual, un político o una ONG, como podría haberse hecho. Este año, el Premio Nobel de la Paz ha recaído en la sociedad civil de un país en desarrollo, y con esa elección han premiado el papel de los sindicatos para lograr la estabilidad y promover una solución pacífica en todo el mundo. Para mi organización constituye un honor, pero es también un premio a todo el movimiento sindical”.
La CSI ha valorado este galardón destacando que “los sindicatos fueron la fuerza impulsora artífice de la elaboración de una constitución tunecina que garantiza principios fundamentales como la separación de poderes, un sistema judicial independiente, libertad de asociación, el derecho de sindicalización y el derecho de huelga” y ha celebrado que el “Comité Noruego del Nobel haya reconocido el papel de los sindicatos para la paz y las democracias estables”.
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