La última estadística de accidentes laborales correspondientes al primer cuatrimestre del año confirma la tendencia mostrada en 2018 en los meses anteriores: el aumento de accidentes y muertes por el trabajo sigue su curso imparable.
Si comparamos los datos de 2018 con los comprendidos entre enero y abril de 2017, observamos que el número de accidentes que han causado baja ha sido de 191.238, lo que se traduce en una subida neta del 4,2%. De ellos, 164.333 ocurrieron durante la jornada laboral y 26.905 fueron accidentes in itinere. Por consiguiente, aumentan los accidentes en jornada in itinere, respectivamente en un 3,5% y en un 8,4%.
El número de accidentes durante la jornada laboral sube un 3,5% para los leves y un 4,8% para los mortales, mientras que baja un 4,7% para los mortales.
El número de accidentes in itinere leves alcanza un aumento del 8,5% para los leves y del 3,0% para los mortales. Por otro lado, los graves descienden un 2,5%.
En el balance general por sectores, el índice de incidencia de accidentes en jornada de trabajo se mantiene estancado, experimentando un mínimo descenso del 0,1%.
El número de accidentes de trabajo sin baja notificados supone un mínimo descenso del 0,2%.
En lo que respecta a los accidentes de trabajo mortales, al cierre de abril 195 personas han perdido la vida desde el inicio de 2018 como consecuencia de estos, dato que se traduce en un descenso del 3,5%. Puede observarse un descenso de los accidentes mortales en jornada laboral (lo que supone una bajada del 4,7%) y un aumento de los accidentes mortales in itinere (incrementándose estos en un 3,0%).
Pese a una tímida bajada en algunos indicadores, en términos globales se consolidan los malos datos de meses anteriores y todo apunta a que esta inquietante trayectoria siga su curso en los próximos meses. Hasta ahora no hay indicios de un cambio de rumbo en el horizonte en los datos de siniestralidad y la precariedad laboral que impera en el actual mercado de trabajo no invita a pensar augurios más optimistas.
Esta tendencia se encuentra tristemente consolidada en nuestro país desde 2013 y sin duda el nuevo Ejecutivo tendrá un difícil reto que afrontar en esta materia para revertir esta realidad que se cobra la vida y salud de muchas trabajadoras y trabajadores en su ejercicio profesional. A ese respecto, desde USO le deseamos lo mejor en esta ardua labor y que su actuación contribuya positivamente a dar un giro a este preocupante escenario. Para ello contará con todo nuestro apoyo en la defensa los derechos de la ciudadanía en su relación laboral a fin de combatir activamente el drama inherente a la siniestralidad en el trabajo mediante propuestas y políticas eficaces frente a los factores que día a día están cercenando las posibilidades reales de crear empresas más seguras y saludables en España.
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