El referéndum del Brexit celebrado el 23 de junio de 2016 ya tiene su efecto final, al menos, por el momento. El Reino Unido abandona definitivamente la Unión Europea hoy, 31 de enero, tal y como establecía la última de las prórrogas acordadas entre el Consejo Europeo y el Gobierno británico. Así también lo ha ratificado el Parlamento Europeo en su sesión del día 29 de enero.
USO lamenta profundamente este resultado porque va en detrimento de la clase trabajadora, de la mayor parte de la ciudadanía y del proyecto de integración social que representa la Unión Europea. La competencia comercial y fiscal entre ambas partes que ahora se abre supone un riesgo para el conjunto de la región.
Si bien el acuerdo del Brexit garantiza los derechos de los ciudadanos españoles y europeos que residen en suelo británico y viceversa, queda una situación de incertidumbre para los trabajadores y trabajadoras desplazados a Reino Unido sobre cambios en las condiciones laborales. Los derechos de los trabajadores se mencionan específicamente en el Libro Blanco como una de las áreas que se preservarán, pero de momento el capítulo social sigue pendiente de negociación.
Precisamente, por delante queda un estrecho período transitorio de tan solo 11 meses para la negociación de un acuerdo sobre la relación futura con la Unión Europea a partir del 1 de enero de 2021. El grado de libertad de circulación para las personas y los bienes definirá la política comercial y el tipo de acuerdo aduanero. Lo único claro a esta fecha es que, temporalmente, no existirán fronteras entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, de modo que seguirá funcionando la unión aduanera en toda la isla.
La negociación bilateral entre España y Reino Unido sobre Gibraltar será también de enorme relevancia para el empleo en la zona sur de Andalucía y para limitar las oportunidades de elusión fiscal.
Si bien es cierto que habrá consecuencias para los estados miembros de la UE en todos los órdenes, solo cuando se pueda confirmar si existe o no un acuerdo de futuro y los términos del mismo será posible comprender y analizar el impacto de estas consecuencias. Las opciones de salida son las que el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, ha explicado a los británicos hasta la saciedad: el modelo de relación de Noruega, o el de Suiza, o el de Turquía. Según otros expertos, existe la posibilidad de que el Reino Unido pueda confiar, en cierta medida, en su red existente de convenios de doble imposición y las normas y acuerdos relacionados con la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercios (GATT).
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