Tras meses de negociaciones opacas y el anuncio del preacuerdo el pasado 12 de mayo, ayer se firmó, por parte CC.OO., UGT y CEOE-CEPYME, el texto definitivo del III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva que tendrá vigencia durante 2015, 2016 y 2017.
Desde USO mantenemos, al conocer el acuerdo definitivo, la valoración que emitimos con motivo del preacuerdo. Y es que lejos de enmendar la plana a la reforma laboral, como afirma CC.OO., se trata de un acuerdo meramente propagandístico e insuficiente, donde se ha perdido la oportunidad de frenar la crónica devaluación salarial y pérdida de poder adquisitivo y de derechos laborales que llevan padeciendo los trabajadores y trabajadoras en los últimos años. Un termómetro de lo que a día de hoy es el modelo de negociación colectiva, que avalan CC.OO, UGT y las patronales.
Tras la caducidad II AENC, que fue la antesala de la Reforma Laboral y que desde USO hemos rechazado firmemente, durante los meses de negociación de este III AENC sólo se ha ido conociendo a través de la prensa las propuestas presentadas por los negociadores en materia de incremento salarial, como si de un regateo porcentual se tratara, desconociéndose su posición en materias tan fundamentales en negociación colectiva como la ultraactividad, las inaplicaciones de convenios, la creación y calidad del empleo, la igualdad, la salud laboral, etc.
El resultado final de este proceso negociador, una muestra más de un modelo de negociación colectiva caracterizado por ser excluyente, opaco e ineficaz, es un acuerdo estructurado en seis capítulos donde se recogen criterios y directrices llenas de buenas intenciones, con alusiones constantes a la buena fe negocial, la legalidad vigente y a la necesidad de recordar su cumplimiento a las partes negociadoras. Para los trabajadores y trabajadoras, poco o nada.
Desde nuestro punto de vista, estos criterios vacuos que se plantean en el acuerdo sobre calidad y estabilidad en el empleo, formación, derecho a información y consulta, igualdad de trato, salud laboral (con un extenso texto dedicado al absentismo), instrumentos de flexibilidad, etc., son mero envoltorio para justificar el pobre resultado de la negociación en materia de incremento salarial.
Las directrices que se plantean de incremento salarial son de “hasta el 1% en 2015”, “hasta el 1,5 en 2016” y se condiciona el cálculo de la subida salarial de 2017 a la evolución del PIB de 2016 y al cuadro macroecónomico que plantee el gobierno para 2017. De la tan anunciada y controvertida clausula de garantía salarial, bianual y vinculada al aumento del IPC al 2,5%, no queda ni rastro en el acuerdo definitivo. Si tenemos en cuenta que los incrementos salariales medios pactados en los convenios a lo largo de 2013 y 2014 no han llegado ni al 0,6%, desde USO entendemos que los incrementos pactados son totalmente insuficientes.
USO frente a este III AENC mantiene y se reafirma en los criterios confederales de negociación colectiva presentados en marzo a la organización, para que se hagan valer en las propuestas negociadoras donde USO esté presente para luchar por la mejora de las condiciones salariales y de trabajo de todos y todas. Sólo con salarios dignos y trabajo decente se construirá una salida estable de la crisis.
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