La Federación de Servicios de USO denuncia que sus delegados y trabajadores del servicio de limpieza del hospital santanderino de Valdecilla, a cargo de la empresa Ferrovial, están sufriendo junto al resto de compañeros de otros sindicatos el abuso de prácticas antisindicales por parte de la compañía.
USO y otros sindicatos han registrado sendas denuncias en materia de Tutela de los Derechos de Libertad. La FS-USO de Cantabria defiende que Ferrovial ha intentado suplantar al comité de empresa, ha convocado asambleas y le ha hecho propuestas directas a los trabajadores, saltándose sus órganos de representación. Todo ello a raíz de la falta de acuerdo en cuanto al calendario vacacional, que la empresa quiere imponer sin ningún tipo de negociación sindical y que, finalmente, será fijado por un juez.
Los trabajadores han mostrado todo su apoyo a sus representantes, secundando las concentraciones frente al hospital desde el pasado 13 de noviembre y convocadas hasta el próximo 12 de diciembre. Gustavo Peña, responsable de la FS-USO de Cantabria, denuncia que “esos trabajadores han sufrido amenazas por parte de la empresa, que ha llegado a llamar a la policía para disolverlas, escudándose en que las movilizaciones molestan a los pacientes. Nosotros negamos este extremo, puesto que todas las concentraciones se han celebrado siempre en el exterior del centro hospitalario”.
Es precisamente la empresa “la que falta el respeto a los pacientes, reduciendo de forma drástica y continuada el número de trabajadores que prestan sus servicios en el hospital, redundando en una peor calidad del servicio de limpieza y una pobre higienización de unas instalaciones donde es básica”.
USO Cantabria lamenta que ninguna de las autoridades competentes se hayan interesado por este conflicto: ni la dirección del hospital, ni el Servicio Cántabro de Salud ni la consejera de Sanidad. Y denuncia que Ferrovial recibe de los cántabros 43,7 millones de euros al año en contratos de este tipo.
Pedro Ríos, secretario general de la FS-USO, exige que Ferrovial abandone las prácticas antisindicales y permita a los delegados realizar su labor sin sufrir persecución, ni ellos ni el resto de trabajadores que acudan a las legítimas protestas.
Hace apenas unas semanas, otro delegado de la USO en Cantabria, en este caso de la empresa siderúrgica GSW, tuvo que ser readmitido por la multinacional en su planta de Nueva Montaña por una sentencia del Juzgado de lo Social número 5 de Santander que reconocía, de forma taxativa, que había sufrido persecución sindical y que la empresa ejercía una actitud represiva contra nuestro sindicato.
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