El INSST ha publicado la guía “Trabajar en tiempos de covid-19: buenas prácticas de intervención psicosocial en centros sanitarios”, en la que resume los principales riesgos psicosociales y las posibles medidas a implantar
La pandemia ha traído consigo un aumento de los riesgos psicosociales a los que se enfrentan a diario los sanitarios. USO resume la guía “Trabajar en tiempos de covid-19: buenas prácticas de intervención psicosocial en centros sanitarios”, publicada por el INSST, que presenta un análisis de la situación del personal que está desarrollando su actividad profesional durante la pandemia.
El objetivo es orientar a las gerencias, direcciones, mandos intermedios y servicios de prevención sobre las acciones preventivas que se podrían realizar para proteger la salud psicosocial de las plantillas en los centros sanitarios a lo largo de las diferentes etapas de la crisis.
Se analiza, entre otras cuestiones, los factores psicosociales que con más intensidad han afectado a los sanitarios durante la pandemia y los efectos sobre la salud que se han experimentado o pueden esperarse como consecuencia de la exposición.
Entrevistas a sanitarios
Para el diagnóstico de la situación y la detección de necesidades de intervención se ha entrevistado a un total de 43 personas durante el segundo trimestre de 2020. El perfil del personal del ámbito sanitario entrevistado cubre distintas profesiones como medicina, enfermería, personal auxiliar, celadores y personal de limpieza; y distintos tipos de centros sanitarios públicos: centros de atención primaria y servicios hospitalarios urgencias, plantas de hospitalización, UCI y hospital de campaña.
De igual forma, se ha tenido en cuenta la opinión de profesionales que intervienen en la gestión de la prevención de los riesgos psicosociales, como mandos intermedios, gerentes de centros sanitarios y personal técnico y sanitario de los servicios de prevención del sector.
La conclusión ha sido proponer medidas que tienen que ver con el fomento del apoyo social, que incrementa la habilidad para hacer frente a una situación de estrés intenso y paliar los posibles efectos nocivos de una exposición a condiciones de trabajo de riesgo que no se han podido evitar ni controlar dado que la pandemia ha desbordado cualquier planificación.
En los hospitales y centros de salud, comunican haber reorganizado sus servicios para dedicarse, casi en exclusiva, a atender pacientes de covid-19 durante la fase más crítica de la pandemia.
Principales factores de riesgos psicosociales
Esta adaptación ha dado lugar a cambios en las actividades y tareas del personal sanitario. Ha habido un elevado número de personas que ha asumido funciones distintas a las habituales y en servicios y lugares en los que no están habituadas a trabajar.
En este contexto, constatan que se ha producido una exposición intensa y prolongada a distintos factores de riesgos psicosociales entre los sanitarios, entre los que destacan:
- Una intensificación de los tiempos, cargas y ritmo de trabajo: no se han podido tomar días de vacaciones o de permiso. El incremento de la carga asistencial unido a la reducción de la plantilla como consecuencia de las bajas médicas ocasionadas por el contagio o por ser personal de riesgo, ha dado lugar a periodos de carga de trabajo especialmente elevada.
- Las exigencias cognitivas. El nivel de atención y esfuerzo cognitivo para incorporar nuevos procedimientos de trabajo ha sido muy elevado y muchas de las personas entrevistadas han vivido con ansiedad la necesidad de adaptarse de forma rápida a sus nuevas funciones.
- Las elevadas exigencias emocionales, les ha provocado mucha tristeza ver a sus pacientes sufrir y morir en soledad o en circunstancias duras. Sienten no haber podido ofrecer los cuidados y la atención que consideraban necesarios debido a la sobrecarga de trabajo y a los protocolos de aislamiento.
- Los conflictos de rol derivados de la adopción de decisiones, decisiones vitales, que, en general, no forman parte de su desempeño profesional. Expresan haber tenido dilemas éticos y morales sobre la prestación de cuidados y atención a sus pacientes.
Medidas preventivas a implantar
Esta sobreexposición es compatible con un Estudio de la Universidad Complutense de Madrid, “Sanicovid-19: impacto emocional frente al trabajo por la pandemia del COVID-19 en personal sanitario”, y cuyos resultados muestran que el 56,6% de las personas trabajadoras de la salud presentan síntomas de trastorno de estrés postraumático. El porcentaje que presenta un posible trastorno de ansiedad es del 58,6%, siendo grave en un 20,7% de los casos. Además, el 46% presenta un posible trastorno depresivo y el 41% se siente emocionalmente agotado.
Recomiendan implantar medidas preventivas que tengan por objeto:
- Actuar sobre necesidades reales, es decir, sobre problemas identificados.
- Priorizar la intervención en colectivos en una situación de mayor riesgo.
- Evitar acciones que mejoran un factor de riesgo, pero empeoran otro.
- Priorizar medidas preventivas que reduzcan la exposición a más de un factor de riesgo o mitigan más de un efecto de la exposición.
- Tener en cuenta la viabilidad de las soluciones.
- Evaluar los efectos de las intervenciones a fin de conocer su eficacia e identificar la necesidad de introducir modificaciones, en caso necesario.
Atención a pacientes
Desde el Gabinete de Seguridad y Salud de USO, ya hemos mencionado anteriormente que el art. 5.3 del Código Deontológico Médico marca la obligación de lealtad de la persona profesional de la medicina exponiendo que se debe a su paciente y a la salud de éste, anteponiéndose a cualquier otra conveniencia. Esta no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias del paciente le supongan un riesgo personal. Por tanto, no podrán aducir riesgo grave e inminente para paralizar su actividad respecto de cualquier enfermedad si bien nada impide que paralicen por otros riesgos inherentes a su puesto de trabajo.
Por otro lado, hemos conocido que la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana denuncia un aumento de agresiones verbales o físicas al personal sanitario de los centros de salud públicos. Pues bien, se ha de recordar que cualquier falta de respeto a estos profesionales se asemeja a un atentado contra un agente de la autoridad, por lo que se considerará un delito penal. Pedimos respeto y comprensión para estas personas trabajadoras.
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