Un salario mínimo permitiría frenar el aumento de trabajadores en Europa que no pueden permitirse mantener caliente su hogar

En 2023, más de 47 millones de personas en la UE no podían permitirse calentar sus hogares, de las cuales 23,7 millones tenían trabajo.

La pobreza energética ya no es solo un problema de desempleo. Es, también, un problema de trabajadores que, a pesar de tener un empleo, no pueden cubrir sus necesidades básicas porque tienen salarios bajos y desajustados.

La situación exige la implementación urgente de medidas que aseguren que los salarios estén alineados con los costes de vida actuales. La Directiva sobre el salario mínimo europeo, que debe ser plenamente implementada, es una medida clave para abordar este problema y evitar que más trabajadores caigan en la pobreza energética en Europa.

El impacto de salarios insuficientes en Europa

Las últimas cifras revelan el dramático aumento de la pobreza energética en Europa. En 2019, aproximadamente el 6,9% de la población no podía permitirse mantener su hogar suficientemente cálido. Esto equivalía a 30,7 millones de personas, de las que 13,4 millones eran personas trabajadoras.

En 2023, esta proporción subió al 10,6%, lo que significa que 47,5 millones de personas no pueden calentar sus hogares. De éstas, 23,7 millones están empleadas. La cifra ha aumentado significativamente, lo que refleja la gravedad de la situación.

La directiva sobre el salario mínimo adecuado: una solución necesaria

Las cifras demuestran que es imprescindible implementar plenamente la directiva sobre el salario mínimo en Europa, que podría beneficiar a más de 20 millones de personas si los Estados miembros la aplican adecuadamente.

Esta directiva garantizaría que los salarios de los trabajadores cubran el coste de vida, incluyendo la capacidad de pagar las facturas de calefacción. Además, aseguraría que los salarios fueran negociados a través de la negociación colectiva, garantizando una remuneración justa para todos los trabajadores.

Propuestas de la CES para combatir la pobreza energética en Europa

En este contexto, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) hace un llamamiento al comisario Jørgensen para que incluya en el Plan de Acción para una Energía Asequible medidas fundamentales que puedan proteger tanto a los hogares como a los puestos de trabajo del elevado coste de la energía.

La CES ha propuesto medidas que considera esenciales para ser incluidas en el Plan de Acción para una Energía Asequible, garantizando que los elevados costes energéticos no sigan presionando sobre los hogares, las industrias y los trabajadores:

  1. Controles de precios para proteger a los hogares de los precios volátiles de la energía y prevenir la pobreza energética.
  2. Prohibición de desconexiones de energía a aquellos que no pueden pagar las facturas, asegurando que las familias no queden sin calefacción por motivos económicos.
  3. Aumento de las disposiciones y financiación para la propiedad pública y municipal en infraestructura energética, para garantizar un suministro energético fiable y asequible.
  4. Reducción de los costes de endeudamiento para proyectos de energía renovable y baja en carbono, facilitando la transición hacia una energía más limpia y accesible.
  5. Garantizar que todos los fondos públicos destinados a la energía respeten las condicionalidades sociales, promoviendo la negociación colectiva, salarios justos, condiciones laborales seguras y los derechos de los trabajadores.
  6. Acciones para asegurar una energía limpia y asequible para industrias, empresas y hogares, con un mayor control democrático sobre la infraestructura energética.

Llamada urgente a la acción contra la pobreza energética

Esther Lynch, secretaria general de la CES, afirmó que “los elevados costes de la energía están afectando a las industrias, los empleos y los hogares. El alarmante aumento del número de trabajadores que no pueden permitirse calentar sus hogares, además de tener dificultades para pagar el alquiler y comprar alimentos, muestra exactamente por qué la UE tenía razón al tomar medidas para aumentar los salarios y por qué los Estados miembros deben transponer la Directiva en su totalidad con carácter de urgencia”.

A su vez, Ludovic Voet, secretario confederal de la CES, destacó que “en un momento en el que 363.500 personas ya mueren cada año de frío en Europa, el enorme aumento del número de quienes no pueden permitirse calentar sus hogares exige una acción urgente. El Plan de Acción para una energía asequible debe incluir medidas que estén a la altura de la creciente crisis que enfrentan los trabajadores en Europa, reabriendo el diseño del mercado eléctrico, trabajando en controles de precios y una prohibición ejecutable de las desconexiones”.

La pobreza energética es un claro reflejo de la desigualdad social que afecta a millones de trabajadores en Europa. Y la falta de un salario mínimo acorde a la inflación está detrás de este grave problema.

La implementación plena de la Directiva europea sobre el salario mínimo es una solución clave para garantizar que los trabajadores tengan salarios justos que les permitan cubrir sus necesidades básicas, incluyendo la calefacción y la energía. Es hora de que la Unión Europea tome medidas urgentes para:

  • garantizar salarios dignos;
  • reducir las facturas energéticas, y
  • asegurar el acceso a energía limpia y asequible para todos.