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El IPC vuelve a subir en febrero, pero más aún la inflación estructural: un histórico 7,2 % que no se ve desde 1986
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Los productos básicos, los más castigados
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Los salarios por convenio acumulan una pérdida de 4 puntos desde antes de la pandemia y en 2023 ya pierden otros 3
La carne, el pescado, las legumbres, las hortalizas, la luz en casa, la ropa… prácticamente cualquier necesidad básica sube de nuevo de precio en febrero. Así, el IPC se sitúa en el 6 % y la inflación subyacente escala ya al 7,2 %. De entre todos los productos, los alimentos y bebidas no alcohólicas, los más necesarios, destacan por la virulencia de su subida, que sigue en máximos históricos con un 16,6 % de inflación.
“Llevamos meses pulverizando récords de precios. Primero el propio índice, luego la alimentación más cara y ahora, además, una inflación subyacente que el propio INE marca como la más alta desde 1986. Ni siquiera en la crisis de los ’90 o con la implantación del euro vivimos una subida de precios similar”, analiza Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Hace tres meses que esta inflación estructural sobrepasó al IPC, “y es una inflación más difícil de atajar, ya que analiza los precios eliminando los productos más volubles”, continúa Pérez.
Mientras tanto, “los salarios se estacan en una subida media que no alcanza el 3 %, con el último dato en 2,81 %, menos de la mitad de lo que sube el IPC. Los salarios por convenio han perdido más de 4 puntos con respecto a 2019 y este año van camino de duplicar la pérdida de poder adquisitivo”, expone el secretario general de USO.
Por eso, “es el momento de recuperar los salarios, tanto con una subida que recupere el poder adquisitivo como favoreciendo las jornadas completas de trabajo. El problema de rentas de las familias no es solo producto de salarios más bajos con respecto a los precios, sino de no cobrarlos al completo por el aumento de la parcialidad y la discontinuidad en la contratación”, pide Joaquín Pérez.
Por último, el dirigente de USO recuerda que, “fuera del IPC se queda otro gasto primordial para las familias, como es la hipoteca. En España, con el precio de la vivienda por las nubes y un parque de alquiler aún más inaccesible, contener los precios de las hipotecas, más allá de que una parte venga condicionada por el Banco Central, es imperioso para las rentas más bajas. No podemos situarnos otra vez en 2007, hay que actuar ya”.
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