El secretario general de USO, Joaquín Pérez; junto con el secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de la Federación de Industria, Raúl Montoya; y la responsable de USO-Canarias, Judith Álvarez, ha visitado a los trabajadores de Kalise, en Las Palmas de Gran Canaria, para conocer de primera mano cómo están viviendo el conflicto que estalló en agosto, y asistir a una reunión de mediación con la empresa para tratar de normalizar las relaciones laborales en la planta, tras 14 expedientes disciplinarios (5 despidos) por la huelga de agosto.
“Lo principal era transmitirles el apoyo de toda la organización, tanto a nivel político y humano, como lo han tenido también de nuestra Caja de Resistencia y Solidaridad. Somos el único sindicato confederal que cuenta con ella y les ha permitido, tanto a despedidos como expedientados, sobrellevar esta situación. Porque para eso está, para responder solidariamente con trabajadores que sufren en sus propias carnes los efectos injustos de reivindicar derechos para el conjunto de la plantilla”, respalda Joaquín Pérez.
Sobre la reunión previa con la dirección de la empresa, el secretario general de USO destaca que “hemos acudido con buena voluntad, sin beligerancia, para sacar entre todos esta empresa adelante. La industria se está dejando morir en Canarias y a esta empresa sí que se le augura un buen futuro, igual que a las relaciones laborales en la empresa, pues tenemos que valorar el cambio de actitud por su parte”.
En este sentido, Raúl Montoya ha querido resaltar que “tras un año muy convulso, con 14 expedientes, de entre ellos un despido a una afiliada a la USO y cuatro a nuestros delegados sindicales, incluyendo el presidente del comité de empresa, estamos tratando de reconducir la situación. Para recuperar este clima de paz social, para nosotros es fundamental que la empresa admita que se ha equivocado y que, antes de cualquier negociación, la del convenio u otra, restituya los derechos dañados y elimine todos los expedientes disciplinarios que hay sobre la mesa”.
El convenio colectivo, vendrá “a devolver a la plantilla años de esfuerzo y recortes. Nosotros somos los primeros interesados en que a Kalise le vaya bien, que tenga buenos resultados productivos y económicos, pero que eso repercuta en la plantilla. Han perdido con reestructuraciones y congelaciones el 17% de su salario y llevan 9 con él congelado”, recuerda Montoya.
Judith Álvarez, responsable de USO-Canarias, señala que “la presencia aquí del secretario general y de la Federación Estatal hace que nos sintamos muy arropados por el sindicato. Y eso se nota en los trabajadores, pues estamos creciendo en afiliación industrial a pesar de lo débil que es el sector en Canarias”.
Contra Ryanair, hasta el final
Joaquín Pérez recuerda que Canarias ha padecido dos de los grandes conflictos laborales de nuestro país en 2019, no solo el de Kalise, sino el de Ryanair, con el cierre de las bases canarias el pasado 8 de enero y la nueva operativa contractual de Girona denunciada: “tenemos el ERE denunciado en la Audiencia Nacional, pero el nivel de cutrerío de Ryanair no tiene límites: hay trabajadores que se han enterado por un e-mail de que debían dejar su uniforme en un sitio concreto, hay otros a los que no se les ha comunicado nada, algunos a los que se les ha despedido y el finiquito está mal hecho… es un desprecio total al trabajo y la dignidad de los demás”.
El secretario general de USO recuerda que el sindicato “está tomando todas las medidas colectivas e individuales que consideramos oportunas, pero es que, además, el cierre de Canarias tiene un trasfondo de dumping: decidir en dónde radican sus bases en función de la beligerancia de los trabajadores. Aquí los trabajadores lo que han hecho, y lo han hecho muy bien, es defender la necesidad de un convenio colectivo y luchar contra las bestialidades que estaba cometiendo la empresa. Y lo que hace Ryanair es llevarse sus bases a otros lugares donde sí pueda seguir ejerciendo esas prácticas de forma impune”.
Joaquín Pérez reitera a los más de 300 despedidos “la solidaridad y compañía de la USO en todo este proceso, hasta el final. Lo que sí hemos echado de menos es una falta de actuación política en el conflicto, porque desde los ministerios se podría haber hecho mucho más”.
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