Jean-Claude Juncker, Presidente de la Comisión Europea, ha aceptado la invitación del Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y se ha reunido en Bruselas el pasado día 7 de noviembre para hablar del futuro de Europa con los representantes de los trabajadores. Entre las delegaciones presentes estaba la de USO.
En respuesta a una de las preocupaciones principales de trasladada por los dirigentes de la CES -los 28 millones de parados en la UE-, recordó que el importe del famoso « Plan Juncker », el plan destinado a favorecer las inversiones privadas y la creación de empleo, acababa de duplicarse para pasar a 630 mil millones de euros. El dirigente político expresó también, claramente, su indignación frente a la gestión desastrosa de la crisis migratoria y subrayó la acuciante necesidad de más solidaridad con Italia y Grecia.
Por otro lado, volvió a proclamar, al igual que en el Congreso de la CES en París en 2015, su compromiso a favor del principio de «igual salario por igual trabajo» y puntualizó que son imprescindibles una mejor coordinación de las políticas europeas y la creación de una unión fiscal europea para luchar eficazmente contra el dumping social, una de las plagas de la UE. Coincidió con la mayoría de los sindicatos europeos en la necesidad de establecer salarios mínimos, para que los trabajadores puedan vivir dignamente de su trabajo en su país, e incluso se pronunció a favor de una renta mínima para combatir la pobreza.
Juncker también reiteró su firme intención de asegurar que el llamado pilar europeo de derechos sociales sea un conjunto de medidas que cambien efectivamente la vida de los trabajadores y no un ejercicio puramente teórico.
El Presidente de la Comisión no se mostró de acuerdo con todas las posiciones de la CES. A pesar del descontento general, mantuvo su posición a favor del saneamiento de los presupuestos públicos “porque el crecimiento económico no puede seguir dependiendo del aumento de la deuda pública”. Asimismo, lamentó la oposición de sindicatos y otras organizaciones que ha puesto trabas al CETA, el acuerdo de libre comercio de la UE con Canadá, que, en su opinión, tenía un potencial de creación de 200.000 empleos en Europa.
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