- El peor agosto desde 2010 deja datos preocupantes en contratación, con una caída del 20% en la indefinida
- Los datos de matriculaciones y turistas de ayer ya vaticinaban el golpe al empleo, con dos sectores básicos en nuestro país que ya no funcionan por inercia
El paro ha subido al acabar agosto, como viene siendo tendencia en los últimos años, pero lo ha hecho con cifras de los años de la destrucción de empleo, sumando 54.371 personas a las listas del SEPE. “Cabía esperar que la inercia de la economía, el desgobierno del país, acabara pasando factura a todo, y entre ayer y hoy lo estamos viendo. Desde que supimos que había caído el número de turistas, nos lo podíamos imaginar. Hasta lo que parece que funciona por sí solo, deja de hacerlo si no se cuida”, lamenta Joaquín Pérez, secretario general de USO.
La subida del paro en agosto supone un 15,5% más de lo que subió en agosto de 2018, y lo ha hecho en todos los sectores salvo Agricultura, y en todas las autonomías, salvo Castilla y León. “Con especial incidencia entre los menores de 25 años, la tradicional mano de obra de saldo de nuestros veranos, que en septiembre vuelven a la casilla de salida en su intento de meter la cabeza en el mundo laboral”, continúa Pérez.
Además, la contratación sigue suponiendo “una clara señal de peligro: el empleo y la economía en general han comenzado una peligrosa cuesta abajo. Los contratos firmados han bajado más de un 5% con respecto a 2018, y solo 8 de cada 100 son indefinidos. Pero es que si miramos solo este tipo de contratos, el tajo ha sido mucho mayor: han caído un 20%”, expone el secretario general de USO.
Joaquín Pérez llama a la responsabilidad a todos los partidos políticos para que trabajen desde ya “en las medidas urgentes y eternamente pospuestas en nuestro país. A ver si de una vez todos se dan cuenta de que la prioridad de la legislatura debe ser la calidad del empleo y no el juego de las sillas ni los documentos pomposos. La industria del automóvil está en el chasis, con frenazos en las ventas y continuas amenazas de regulaciones de empleo desde la más que desafortunada guerra suicida al diésel, y con respecto al turismo estamos viendo cómo en la crisis de empleo directo e indirecto que suponen los amagos de cierre de Ryanair no se está moviendo un dedo para poner un alto”.
En cuanto a la Seguridad Social, ha bajado en 212.984 afiliados con respecto a julio, siendo el agosto que más cotizantes se han perdido en los tres últimos años.
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