Este sábado, 1 de junio, tendrá lugar en Madrid la final de la Champions League. Con motivo de la celebración de un evento deportivo de tal magnitud, la capital se prepara para uno de los mayores dispositivos de seguridad que se recuerdan. Unos 5.000 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado vigilarán las calles de la ciudad desde hoy hasta el sábado, a los que se le sumarán también miles de trabajadores de la seguridad privada. Estos operarán tanto en los exteriores del Wanda Metropolitano, como dentro de él; realizando las labores de cacheo de seguridad a la entrada de los aficionados al estadio y de garantía de la seguridad en sus gradas, así como a pie de campo.
La principal diferencia a la hora de realizar su cometido entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los trabajadores de la seguridad privada en los eventos deportivos es la protección que ambos utilizan. “Mientras que los policías cuentan con vestimentas especiales de seguridad, como guantes anticorte y chalecos antipinchazos, los trabajadores de la seguridad privada se encuentran totalmente desprotegidos. Y, en el caso de los cacheos, por ejemplo, o a la hora de mirar dentro de bolsos, mochilas y otros elementos, son ellos el primer filtro”, denuncia Basilio A. Febles, secretario general de FTSP-USO.
Además, ante las posibles agresiones, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado disponen de un plan de actuación y coordinación de seguridad, del que los trabajadores de seguridad privada no disponen, ni siquiera ante un evento de esta magnitud. Desde la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada de USO exige “la implantación de una mayor seguridad para los empleados de la seguridad privada: guantes anticorte, cascos, chalecos antipunzantes, y un protocolo de actuación para casos de agresiones”.
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