La asignatura pendiente de la igualdad salarial sigue intacta. El trabajo de las mujeres es infravalorado como regla general, tienen peores empleos y salarios más bajos
Hoy se conmemora el Día Internacional de la Igualdad Salarial, un esfuerzo emprendido por la ONU para sensibilizar respecto de la desigualdad de género que existe en el acceso al salario, al mismo tiempo que busca que los países adopten compromisos y lleven a cabo medidas para lograr la pendiente igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Lamentablemente, como cada año, tenemos que decir que la igualdad salarial parece una ilusión al final del camino. Y los esfuerzos han sido insuficientes. De acuerdo con la Encuesta Anual de Estructura Salarial, publicada en junio de este año, la ganancia media anual por persona trabajadora en 2021 fue de 25.896,82 euros, un 2,9 % más respecto del año anterior. Ahora bien, si analizamos la ganancia media diferenciando hombres y mujeres, encontramos que para los hombres fue de 28.388,68 euros mientras que para las mujeres fue de 23.175,95 euros. En ese contexto, vemos que el salario medio anual femenino representó un 81,6% del masculino.
A día de hoy, el trabajo de las mujeres es infravalorado, como regla general, y seguimos observando que las mujeres tienen perores empleos y la mayor cantidad de puestos de trabajo a jornada parcial son ocupados por éstas. De acuerdo con la citada encuesta, la ganancia por hora de los trabajadores a tiempo parcial fue inferior a la ganancia media por hora, tanto para el total de los trabajadores como para cada sexo. En el caso de las mujeres, llegó a ser un 33 % menor. En ese sentido, la ganancia media por hora a tiempo completo fue de 17,35 euros, mientras que a tiempo parcial fue de 11,59 euros.
Parcialidad, precariedad y salarios más bajos
La parcialidad en el empleo afecta de forma generalizada a las mujeres. Uno de los factores que nos puede ayudar a entender esta situación es la ausencia de la corresponsabilidad en materia de cuidados, por lo que las mujeres sacrifican su desarrollo profesional debido a las cargas familiares. En ese contexto, el 25 % de las mujeres tuvo un salario anual menor o igual que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2021, frente al 10,7 % de los hombres. Sin embargo, esta encuesta nos revela que esta desigualdad salarial también afecta a las jornadas completas: la ganancia por hora de los hombres a tiempo completo estuvo un 7,1 % por encima de la media, mientras que la de las mujeres fue de un 1,9 %.
Si atendemos al tipo de contrato, las personas trabajadoras con contrato de duración determinada tuvieron un salario medio anual inferior en un 27,1 % al de los contratados indefinidos. Por sexo, los hombres con contrato de duración indefinida tuvieron un salario superior al medio en un 16,1 %. Los que tuvieron contrato de duración determinada, un 21,3 % inferior. Para las mujeres, el salario fue inferior al medio, independientemente del tipo de contrato: un 7% menor para los indefinidos y un 25,4 %, para los de duración determinada. En los contratos de duración indefinida, la ganancia por hora de los hombres fue un 9 % superior a la media. Mientras que, para las mujeres fue un 3,7 % inferior a la media.
Otro factor que destacamos de esta encuesta es la nacionalidad. Únicamente, las personas de nacionalidad española tuvieron un salario superior a la media en 2021. Para el resto de personas trabajadoras de la Unión Europea y del resto de Europa, el salario fue inferior en un 11,8 % y en un 12,7 % al de la media, respectivamente. Para las demás agrupaciones de nacionalidad fue, como mínimo, un 34 % menor. Estos datos no se encuentran desagregados por sexo, sin embargo, sabemos que ser mujer, migrante y no europea precariza aún más los salarios.
Por tanto, no solo se trata de desigualdades salariales, sino de la feminización de la pobreza. Si analizamos los datos de las personas con ganancia baja -cuya ganancia por hora está por debajo de los 2/3 de la mediana-, el 16,7 % de personas trabajadoras se encontró en esta categoría en el 2021, porcentaje del cual las mujeres representaron el 62,5 %.
USO reclama medidas urgente por la igualdad salarial
Los datos analizados reflejan que el trabajo de las mujeres y las áreas profesionales que históricamente han sido feminizadas son menos valoradas socialmente. Ésto se traduce en salarios más bajos y precarios, y las tareas de cuidados siguen siendo una carga para las mujeres, lo cual se traduce en trabajos parciales. Esta realidad es resultado del patriarcado, que como sistema, no solo cultural, sino político y económico, segrega a las mujeres y las condena a enfrentar desigualdades salariales que precarizan su entorno y les imponen barreras en el desarrollo de su proyecto de vida.
En ese sentido, “desde USO exigimos que se tomen medidas urgentes para lograr la igualdad salarial, la eterna pendiente. Estas medidas deben contener las garantías suficientes para la igualdad real y plena de todas las mujeres, teniendo en cuenta los factores de discriminación múltiple que afectan a muchas de ellas. Basta ya que ser mujer sea un sinónimo de pobreza, violencia y precarización”, reivindica Lourdes Pedrazuela, secretaria de Políticas Sociales, Igualdad y Formación de USO.
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