Termina la X Legislatura con unos Presupuestos sin cambios, que se comenzaron a tramitar en agosto, lo nunca visto en la democracia española, ante la convocatoria de unas elecciones generales a finales de año, que se celebrarán el 20 de diciembre. Es la primera ocasión que un Gobierno aprueba unos PGE sin refrendar su próxima legislatura.
Los presupuestos que marcarán el próximo año se presentaban como los presupuestos de la recuperación, sociales y con reducción de impuestos, pero todo ello está muy alejado de la realidad. Si se eliminan las cifras correspondientes a las pensiones, que se han incrementado por el envejecimiento de la población, el gasto social se reduce en 2016 más de un 5%, comparando con el presupuesto de 2015 y casi un 26% con respecto a 2011.
Desde USO nos preocupa conocer los mecanismos que empleará el Gobierno entrante para financiar la tan alardeada política social que se incluye en los PGE de 2016. Con toda seguridad, se seguirá vaciando el Fondo de Reserva de las Pensiones, y no se atacará el grave problema al que hay que hacer frente que no es otro que la creación de empleo estable y de calidad. Empleo precario y bajos salarios no son la solución ni para la salida de la crisis ni para la estabilización y solvencia del sistema, son parches y números, política cutre de miras a corto plazo.
Los “presupuestos sociales” para 2016, en un país con más de 750.000 hogares sin ningún ingreso, reducen un 21,7% la partida destinada a las prestaciones por desempleo, uno de los principales dramas que está padeciendo la sociedad española y que está condenando a las personas desempleadas de larga duración que se encuentran sin cobertura a la exclusión social y la pobreza, y a nuestros jóvenes a la dependencia crónica y la imposibilidad de su desarrollo vital.
Desde USO seguimos reivindicando unos presupuestos al servicio de las personas, de la vida y del trabajo de las mismas, y no de las políticas de recortes y austeridad que nos han llevado a la actual y persistente situación de crisis económica, democrática, social y del empleo. Los políticos no deben olvidar que los PGE, deben ser un instrumento esencial para corregir las desigualdades que, tras siete años de crisis económica y de políticas ineficaces y de recortes antisociales, han aumentado de forma alarmante en nuestra sociedad.
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