Los indicadores sobre pobreza energética publicados por el MITECO muestran una leve mejoría excepto en la capacidad para mantener el hogar a una temperatura adecuada
USO considera imprescindible adoptar más medidas para hacer frente a la pobreza energética. Entre ellas, la apuesta por la rehabilitación de viviendas como forma de mejorar la eficiencia energética y crear empleo. Sin embargo, es imprescindible que el acceso a la financiación para la rehabilitación de viviendas alcance a aquellos hogares vulnerables que más la sufren.
Leve mejoría en 3 de los 4 indicadores
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha publicado la actualización de los indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética correspondientes al año 2021. Estos reflejan una mejoría con respecto a los de 2020: tres de los cuatro indicadores de referencia tienen una evolución positiva.
El Observatorio Europeo de Pobreza Energética (EPOV) establece como manifestaciones de la pobreza energética la incapacidad de mantener una temperatura adecuada en el hogar; el retraso en el pago de las facturas; un gasto energético excesivamente bajo o un gasto en suministros energéticos que es desproporcionado sobre el nivel de ingresos.
Los resultados del informe reflejan una mejoría en los indicadores de gasto desproporcionado, pobreza energética escondida y retraso en pago de facturas de suministros. Pero se observa un resultado desfavorable para el indicador de temperatura inadecuada en la vivienda en invierno.
Los indicadores han evolucionado en 2021 de la siguiente manera:
- Gasto desproporcionado. Este se define como el porcentaje de hogares cuya participación del gasto energético en los ingresos es más del doble de la mediana nacional. En 2021 este indicador presenta un valor inferior al del año 2020, pasando del 16,8 % al 16,4 % la proporción de hogares con gasto desproporcionado. Es mayor en los hogares que no están equipados de calefacción frente a los que sí lo están. Los mayores índices se encuentran en Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y Extremadura.
- La pobreza energética escondida se define como el porcentaje de hogares cuyo gasto energético es inferior a la mitad de la mediana nacional. Puede estar asociado a hogares que limitan sus necesidades energéticas por debajo de lo que sería deseable para mantener un nivel mínimo de confort, si bien también puede obedecer a pautas de comportamiento más eficiente, así como a la disponibilidad de equipamiento con elevados estándares de eficiencia energética. Este indicador presenta una mejoría, pasando de 10,3 % en 2020 a un valor de 9,3 % en 2021.
- Sobre el indicador que mide la imposibilidad de mantener una temperatura adecuada en la vivienda, los datos de 2021 confirman el retroceso iniciado en el año anterior. Crece el porcentaje de población con dificultades para mantener una temperatura adecuada en su vivienda durante el invierno. Desde 2018, el incremento es de un 5,2 %. En términos absolutos, 6,8 millones de personas no son capaces de mantener una temperatura adecuada en su vivienda durante el periodo invernal.
- En cuanto al retraso en el pago de las facturas de suministros de la vivienda, los datos reflejan una mejora sutil. El porcentaje de población que sufre retraso en el pago de las facturas de los suministros de vivienda se ha reducido ligeramente, del 9,6 % de 2020 al 9,5 % en 2021, lo que equivale a 4,5 millones de personas.
Cabe destacar los altos valores que registran los cuatro indicadores en las siguientes variables: desempleados, rentas del primer quintil (renta con una unidad de consumo inferior a 9.215,6 euros), pisos con alquiler de renta antigua y hogares sin calefacción. Esto demuestra que la pobreza energética es una realidad de los hogares más desfavorecidos.
La rehabilitación de viviendas para crear empleo y hacer frente a la pobreza energética
En España, de los 25 millones de viviendas existentes, casi el 60 % fueron construidas antes de 1980, cuando no existía ninguna normativa de aislamiento térmico. Son precisamente estas viviendas las que habitan mayoritariamente las personas con menos recursos que, en muchas ocasiones, se encuentran en situación de pobreza energética.
La rehabilitación de viviendas representa una medida útil para actuar contra el cambio climático, la pobreza energética y por una vivienda digna. Se estima que puede suponer un ahorro de entre un 30 % y un 60 % del consumo, lo que se traslada en un porcentaje similar en la factura de la luz. Por ejemplo, solo con la rehabilitación energética de la fachada se puede reducir la demanda de energía en invierno entre un 30%-40%. Otro aspecto positivo es la creación de empleo a través de este sector, que en España podría acercase a los 200.000 nuevos puestos de trabajo.
Hasta ahora, los planes y programas que han existido han excluido a las familias vulnerables debido a las numerosas barreras de acceso. Sin embargo, en la actualidad la rehabilitación de viviendas se ha convertido en un elemento clave dentro de los fondos de recuperación europeos. En España estos fondos se han canalizado a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que contempla un programa de ayudas a las actuaciones de mejora en la eficiencia energética en viviendas. Entre los principales aspectos del Programa de ayuda a las actuaciones de mejora de la eficiencia energética en viviendas están:
- Dirigidas principalmente a propietarios, usufructuarios y arrendatarios de viviendas. Solo se financiarán las actuaciones en las viviendas habituales y permanentes.
- El importe de la subvención será del 40 %, con un límite de 3.000 euros por vivienda y un coste mínimo de 1.000 euros. Estas ayudas se pueden compatibilizar con las del programa de rehabilitación a nivel de barrios o con las del programa de rehabilitación integral de edificios, siempre y cuando quede acreditado que no se subvenciona el mismo coste. Del mismo modo, las subvenciones serán compatibles con otras ayudas públicas para el mismo objeto, siempre que no se supere el coste total de las actuaciones y no se destinen a abonar los mismos gastos.
- Las subvenciones se adjudican a través de las comunidades y ciudades autónomas que serán las encargadas de ejecutar el reparto de las ayudas a través de convocatorias públicas mediante el procedimiento de concurrencia simple.
- El plazo para ejecutar las obras no podrá exceder de doce meses desde la concesión de la ayuda. Las actuaciones objeto de la financiación deberán estar finalizadas antes del 30 de junio de 2026.
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