Ante el anuncio del Gobierno de una subida del salario mínimo a los 850 euros de aquí a 2020, que será del 4% el próximo año hasta los 735,9 euros, la USO considera este cambio de actitud como una “tendencia positiva, pero insuficiente”. Sara García de las Heras, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de la USO, le afea además al Ministerio de Empleo “que siga apostando por un modelo de diálogo social excluyente, con un acuerdo pactado bajo un sistema viciado de bisindicalismo y patronal”.
Según un estudio de la OCDE, el umbral de salarios bajos está en los dos tercios del salario mediano nacional de cada país. Por lo tanto, y según propuesta de la CES a la que la USO siempre se ha adherido, el SMI debe subir en España hasta los 1.146,3 euros en lugar de esos 735,9 euros de 2018; es decir, un incremento del 62% con respecto al SMI actual de 707,6 euros, una demanda muy lejana a la pactada por el Ejecutivo.
García de las Heras entiende que esta subida “del 62% es necesaria, pero no asumible en un solo ejercicio. Pero es el objetivo que debemos marcarnos para un período máximo de cuatro años. Aunque un 62% suene a un porcentaje elevado, lo cierto es que se parte de un salario mínimo tan pobre en relación a los países que nos rodean que en términos globales el montante resulta casi irrisorio”. Y mucho más, ahonda, cuando “de ese salario depende el presente, pero también el futuro de quienes menos cobran, ya que con base en él se determinan las cotizaciones de las que dependerán las futuras pensiones y otro tipo de prestaciones como la viudedad, orfandad o el desempleo”.
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