Las aerolíneas y el sector aéreo han sufrido un duro golpe en 2020 debido al covid-19. Las compañías intentan sobrevivir mientras que los trabajadores reclaman unas condiciones laborales adecuadas. Analizamos la situación de este sector desde el punto de vista sindical
Después de un 2020 fatídico para las aerolíneas, con pérdidas de 99.500 millones de euros según datos de IATA, el 2021 no será muy distinto. Aunque la caída libre de 2020 no parece que se vaya a repetir de igual forma.
Según las estimaciones, las pérdidas de las aerolíneas frenarán progresivamente a lo largo del año, y en el último trimestre de 2021 se registrarán por primera vez beneficios. La reapertura de las fronteras o la distribución de la vacuna serán claves en la recuperación económica del sector. Algunos economistas auguran una recuperación en V para el sector. Sin embargo, los expertos pronostican que el sector no volverá a recuperar su situación prepandemia hasta 2024.
Actualmente, las previsiones indican que este año el sector aéreo se verá afectado con unas pérdidas en torno a 32.000 millones de euros, menores que las de 2020, pero aún negativas. IATA prevé un aumento de ingresos en el sector (hasta los 459.000 millones) pero también de los gastos a 491.000 millones de euros, 61.000 millones más que el pasado 2020.
Los trabajadores, los más perjudicados por la crisis en el sector
Pese a la mala situación económica de las aerolíneas, no podemos olvidar la situación de los trabajadores. Por un lado, existe un riesgo permanente para la salud. El trabajo en un entorno cerrado como la cabina de un avión tiene riesgos, a pesar de las medidas de seguridad que se están aplicando. Y aunque un aeropuerto es una zona relativamente segura, por él pasan miles de personas cada día, por lo que tomar precauciones es necesario.
Por otro lado, existe una gran incertidumbre sobre el futuro de los derechos laborales en el sector aéreo. Las consecuencias de esta crisis no solo afectan a las compañías, también a los trabajadores que son los que más están sufriendo la situación.
La crisis del covid-19 ha dividido a las aerolíneas en dos grupos: las que han apostado por el factor humano y las que han aprovechado la situación para posicionarse mejor como empresa, ignorando a sus trabajadores. En este último grupo se encuentran empresas como Ryanair, denunciada por USO, que ha impuesto recortes salariales a la vez que declara tener 4.500 millones de euros en efectivo y contratar nuevos trabajadores para despedir a aquellos que no aceptan los recortes.
Algunas aerolíneas han negociado complementos salariales al pago de la prestación por desempleo, aunque otras se han negado a ello. Si bien es cierto que las empresas han sufrido el impacto de la crisis, algunas se han sensibilizado más por los trabajadores que otras.
Toda vez que comience la recuperación en el sector, los derechos laborales podrían salir seriamente dañados. Aerolíneas como la húngara Wizzair o Ryanair podrían dictar las normas del juego, obligando al resto de compañías a rebajar derechos laborales para poder competir con ellas, tanto a nivel nacional como internacional.
Los ERTE como forma de supervivencia
Uno de los principales salvavidas para las aerolíneas está siendo la aplicación de ERTE, asignando cierta actividad a los trabajadores, en mayor o menor medida. En algunas compañías como Norwegian o Finnair la suspensión laboral es total desde marzo, a la espera de una recuperación en el sector.
En la actualidad, un elevado porcentaje de los trabajadores que llevan en ERTE desde marzo no ha abandonado está situación. De hecho, ya está aprobada una extensión de los ERTE en el sector hasta mayo. Si no se hubiesen prorrogado, las aerolíneas vaticinan que la baja carga de trabajo unida a la situación económica provocaría una ola de despidos.
La permanencia indefinida en ERTE conlleva una serie de consecuencias económicas y psicológicas para los trabajadores. Cuestiones como el desgaste que produce la reducción de salarios, el miedo al contagio en el puesto de trabajo o la incertidumbre sobre cuándo terminará esta situación están teniendo un impacto emocional sin precedentes para los trabajadores del sector.
Desde los distintos gobiernos europeos debe mantenerse una posición realista y consciente de que deben destinarse recursos económicos para mantener a los trabajadores suspendidos de actividad por la pandemia. Varios ministros europeos de Italia, Luxemburgo, Dinamarca, Bélgica, Francia, Holanda, Portugal, Austria o España han firmado un manifiesto en este sentido. Si bien España no formaba parte de los firmantes en un inicio, tras la petición de sindicatos como USO, se ha sumado a esta lista. Desde USO esta decisión se entiende como un paso en la buena dirección, siempre y cuando la firma vaya acompañada de acciones coherentes en este sentido.
USO, comprometida con los derechos de los trabajadores de aerolíneas
USO tiene participación en los comités de empresa de varias compañías del sector aéreo. En cada una de ellas se están dando situaciones diferentes, entre las que se incluyen prácticas fraudulentas o irrespetuosas con sus trabajadores. Por ello, USO lleva a cabo un trabajo diario continuo para mejorar su situación laboral.
En Lauda Europe, aerolínea del grupo Ryanair, USO ha presentado denuncia por fraude en las ayudas por ERTE ante Inspección de Trabajo. La empresa se ha dedicado a traer trabajadores extranjeros de sus bases en Alemania y Austria durante el verano mientras los trabajadores en España permanecían en ERTE. Este hecho es ilegal al servirse la empresa de las ayudas públicas españolas para subvencionar el excedente de trabajadores extranjeros. La denuncia está a la espera de resolución.
En el caso de Ryanair, USO ha denunciado el uso fraudulento de los ERTE para los trabajadores despedidos ilegalmente en el ERE de Canarias y Girona. Además, ha denunciado el fraude en el ERTE del resto de trabajadores a nivel nacional, tras haber traído trabajadores extranjeros durante el verano mientras se mantenía en ERTE a los de las bases españolas.
En cuanto a Air Europa, USO está pendiente de la fusión entre esta e Iberia y velará para que el impacto de esta operación sea el mínimo para la plantilla y se mantengan sus condiciones.
Por su parte, Iberia Express ha decidido dejar de renovar a los tripulantes con contrato laboral y de prácticas desde el pasado mes de marzo, pasando de una plantilla de unos 450 tripulantes de cabina antes de la pandemia a unos 200 en la actualidad.
Norwegian, al igual que Finnair, permanecen en ERTE total desde marzo. Además, la aerolínea noruega es una de las compañías más afectadas del sector. Se encuentra en un concurso de acreedores en toda Europa y en España se prevé el despido de más de 400 tripulantes de cabina en los próximos meses.
Reivindicaciones de USO-Sector Aéreo
USO-Sector Aéreo considera que queda mucho trabajo por hacer en materia de derechos laborales en el sector, tanto por parte de las empresas como por parte del Gobierno.
Por ello, USO-Sector Aéreo reivindica:
- El mantenimiento de las ayudas a los trabajadores en ERTE, pero también una cobertura responsable a aquellos que pierdan su trabajo.
- Que se fiscalice a aquellas empresas que abusan de las ayudas estatales en su propio beneficio, como es el caso de Ryanair.
- Mantener la protección de la salud en el entorno laboral, animando a las aerolíneas a disponer recursos en este sentido.
- La futura recuperación no debe ser aprovechada en el sector para nuevos modelos de contratación ilegales como la cesión ilegal de trabajadores y falsos autónomos, o contrataciones temporales precarias. Ya que estas medidas aparecen en el manifiesto firmado por los ministros europeos, deben de ser cumplidas por las diferentes empresas.
- Inversión en los recursos necesarios para una salida responsable de la crisis epidemiológica en el sector aéreo, clave para España como potencia mundial en turismo.
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