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En menos de dos años, el precio de los aceites se ha duplicado, el azúcar ha subido un 60 % y la leche y los huevos, un 40 %
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USO pide que la clase política se centre en los problemas reales de la ciudadanía, tras medio año de parálisis institucional
El IPC mantiene en octubre la misma subida del mes anterior, 3,5 %, mientras que la inflación subyacente sigue estando muy por encima, 5,2 %. Esta última bajó con respecto a septiembre en 6 décimas.
De los tres valores más necesarios para nuestro día a día, solo bajan los gastos energéticos domésticos. Lo hacen en un 7,7 %, lo que supone una bajada muy inferior en este mes el año pasado.
Sin embargo, los alimentos y bebidas no alcohólicas siguen subiendo a un ritmo insoportable para los salarios: 9,5 %. Esto supone subidas en productos tan básicos como legumbres y hortalizas, lácteos, carne y frutas.
“Un paseo por el desglose del encarecimiento de los alimentos es hoy como ir a una atracción del terror. Desde 2021, en menos de dos años, los precios de la leche y los huevos se han encarecido en un 40 %; el azúcar, en un 60 %; pero es que los aceites han duplicado su precio, con una subida del 98 %”, denuncia Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Los alimentos son, con diferencia, los productos más castigados por la inflación. Cereales y frutas frescas han subido más del 30 %; las legumbres, las hortalizas y los lácteos lo rozan; y la carne ha aumentado de precio más del 20 %.
“Mientras tanto, los salarios pactados en convenio subieron en este año un 3,46% y el SMI es aún una incógnita. Pero es que casi 600.000 hogares no tienen ningún tipo de ingreso para afrontar esta carestía de lo más básico para vivir”, advierte Pérez.
Por ello, el secretario general de USO advierte que “necesitamos una clase política al servicio de las personas, que esté en los problemas de la ciudadanía y no en sus luchas de poder. Que hoy es más importante centrarse en “Los juegos del hambre” que en “Juego de tronos”, y que tenemos un país paralizado desde junio, únicamente gobernado por el libre mercado, que nos pone en situaciones como esta”.
Pérez recalca que “afrontamos la escalada de precios con salarios bajos y empleo de mala calidad; con contratos temporales, cada vez más cortos; con jornadas parciales y una inestabilidad laboral que compromete el presente y el futuro de los trabajadores. El nuevo Gobierno debe ponerse las pilas con el empleo, debe ser la prioridad absoluta, por encima del ruido y puestas en escena que silencian los problemas reales de las familias”.
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