Según un estudio elaborado por la CES, los dividendos a accionistas aumentan hasta 13 veces más deprisa en Europa que los salarios de los trabajadores
En toda Europa, los dividendos aumentan un 10 %, el doble que los salarios, y alcanzan la cifra récord de 184.500 millones de dólares.
USO denuncia que España es el cuarto país europeo donde más han aumentado los dividendos, con un crecimiento del 33 %, mientras que los trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo.
“Europa tiene una emergencia de justicia social”, denuncia la secretaria general de la CES
Los datos publicados por la CES ponen en evidencia la crisis de justicia social imperante tras un segundo año consecutivo en el que los accionistas celebran dividendos desorbitados gracias al aumento de los beneficios empresariales, que impulsan la inflación y la crisis del coste de la vida.
En países como Dinamarca o Portugal, los pagos de dividendos aumentaron un 75 % y un 66 % respectivamente entre abril y junio de este año, mientras que la remuneración nominal en esos países creció un 6 % y un 5 %.
Reclamaciones de la CES
La CES pide a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que aborde esta “emergencia de justicia social” en su discurso sobre el estado de la Unión de esta semana. En una carta, la CES solicita:
- Restablecer el equilibrio entre los consejos de administración y los trabajadores garantizando que sólo las empresas que respeten el derecho a la negociación colectiva puedan recibir dinero público.
- Impedir que las empresas que reciben dinero público paguen dividendos extraordinarios y garantizar que paguen salarios decentes y lo reinviertan en el interés público.
- Nuevas normas económicas que promuevan una fiscalidad justa y progresiva, también sobre beneficios extraordinarios.
La secretaria general de la CES, Esther Lynch, ha denunciado que las cifras reflejan que son las empresas las responsables del aumento de la inflación y que son los trabajadores quienes sufren las consecuencias. Ante esta situación, como defiende Lynch, “la presidenta de la Comisión Europea debe abordar esta emergencia de justicia social e impedir que las empresas que reciben dinero público paguen dividendos obscenos y de reequilibrar el poder entre los consejos de administración y los trabajadores garantizando que participen en la negociación colectiva”.
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